Todas las vacunas pueden provocar alergias y enfermedades autoinmunes. Algunos de los componentes más usuales en las vacunas son: DNA, RNA y proteínas de bacterias, virus y hongos, levaduras, tejido fetal de ganado bovino, tejido renal de monos, metales tóxicos, mercurio, aluminio, MSG (monoglutamato sódico),formaldehído (conservante de cadáveres) y phenoxyethanol (en la industria se usa como anticongelante).
Muchas vacunas utilizan el Mercurio como conservante (thimerosal). Ya en 1999 la Academia Americana de Pediatría y los Servicios de Salud Pública de los Estados Unidos recomendaron que se eliminase el mercurio de todas las vacunas porque probablemente estaba causando daño cerebral en los niños, lo cual hasta hoy en día no se ha realizado. Los niños tienen 27 veces más probabilidad de volverse autistas cuando se les suministran vacunas con timerosal (mercurio).
Resulta revelador que no se haya dado ningún caso de autismo entre los Amish, cuya religión les prohibe vacunar a sus hijos.
"Considero que una persona que exponga a un niño a toxinas que dañen su salud, volviéndole incapaz de ir a la escuela y tener una vida digna es un criminal" Dr. Boyd Haley, actualmente el mayor experto en la toxicidad del mercurio en relación con la plaga de autismo.
La sociedad tiene que pensar si realente esto es lo que queremos para nuestros hijos el enfermarles o darles la libertad de ser sanos
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