martes, 28 de junio de 2011

Biomagune investiga cómo prevenir el ictus cerebral

El centro Biomagune de investigación cooperativa en Biomateriales desarrollará un proyecto de investigación sobre la relación entre los sistemas neurotransmisores y la isquemia o ictus cerebral. El estudio será liderado por Abraham Martín, investigador de la Unidad de Imagen Molecular del centro donostiarra, y contará con la financiación del Departamento de Educación del Gobierno Vasco.

Esta patología es la tercera causa de muerte y principal causa de discapacidad en los países desarrollados. El infarto cerebral se caracteriza por dejar sin riego sanguíneo a alguna zona del cerebro, y habitualmente es causado por una trombosis (cierre total de una arteria en el encéfalo) y una embolia (coágulo generado por algún órgano del cuerpo y que actúa como tapón).

En palabras del investigador principal de la Unidad de Imagen de Biomagune el doctor Jordi Llop, «la correcta comprensión de los procesos que intervienen en la recuperación funcional cerebral puede contribuir de forma decisiva en el desarrollo de nuevos tratamientos así como la generación de nuevos biomarcadores de imagen PET destinados a la evaluación de la plasticidad cerebral presentado en el proceso de recuperación de la función cerebral».

Estudios 'in vivo'

Uno de los objetivos principales del estudio será la observación sobre cómo actúa y se desarrolla la isquemia cerebral en un modelo de ratas de laboratorio. De esta manera, se analizará de qué modo se comportan algunos sistemas de neurotransmisión durante la evolución de la patología.

Los datos se obtendrán a través de equipos de gran alcance como la Tomografía por Emisión de Positrones (PET) y la Resonancia Magnética por Imagen(MRI). Esto evitará que los animales tengan que ser sacrificados para su análisis, posibilitando a los investigadores observar el desarrollo de la patología en seres vivos.

La comprensión sobre cómo se comportan los sistemas neurotransmisores podría ayudar a esclarecer sus posibles relaciones con los cambios de la corriente sanguínea cerebral y la actividad metabólica tanto en la zona afectada como en las alejadas. Todo ello podría servir de ayuda en la recuperación de la función cerebral de esa área.

En los países desarrollados un 70% de los afectados por el ictus son personas mayores de 65 años, y se prevé que cuanto más longeva sea la población mayor será la casuística. En Gipuzkoa alrededor de 1.700 personas se ven afectadas cada año por esta patología.

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