Al menos ocho niños han muerto por un brote de rabia en la provincia amazónica de Morona Santiago, en el sureste de Ecuador, por un brote de rabia provocado por la mordedura de murciélagos hematófagos.
Así lo señaló el ministro de Salud, David Chiriboga, durante el habitual informe sabatino de radio y televisión del presidente del país, Rafael Correa, que fue pregrabado el jueves pasado por la participación del mandatario en la cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y del Caribe (CELAC), en Venezuela.
Chiriboga indicó que este tipo de rabia es una "enfermedad muy grave" que sólo puede ser prevenida con vacunas, ya que si los síntomas se han instalado en las víctimas, ésta es mortal.
Añadió que el brote se ha localizado en tres comunidades indígenas de la etnia Achuar en el sector de Taisha, donde se ha procedido a efectuar una "vacunación masiva" de los pobladores.
Chiriboga precisó que dichas comunidades se encuentran en el extremo este de la provincia de Morona Santiago, muy cerca de la frontera selvática con Perú, y que son sitios de difícil acceso.
Dijo que se han desplegado brigadas de vacunación en la región, pero remarcó que se ha presentado un "fenómeno complicado", porque varios indígenas se han opuesto, en principio, a recibir las vacunas, porque prefieren ser tratados por los chamanes de sus comunidades.
No obstante, señaló que en ciertos casos se han llegado a acuerdos con los grupos nativos para que permitan la vacunación y evitar que haya más víctimas por la mordedura de los murciélagos.
Además, indicó que este tipo de rabia es "difícil de diagnosticar" porque sus síntomas, a veces, se confunde con enfermedades encefalíticas.
Chiriboga agregó que personal de la Agencia para la Calidad del Agro (Agrocalidad) también desarrolla acciones para intentar controlar los ataques de los murciélagos.
De su lado, el presidente Correa lamentó la muerte de los menores y comprometió la asistencia gubernamental para atender el brote.
El mandatario explicó que esta especie de murciélagos disponen en sus lenguas de una sustancia narcótica, que evita que sus víctimas sientan sus mordeduras.
Se trata, dijo Correa, de un "problema tremendamente difícil de tratar", además que se ha focalizado en una zona selvática de difícil acceso y donde las comunidades afectadas se encuentran dispersas en un gran territorio.
En septiembre pasado, Agrocalidad había informado de un brote de rabia bovina, producida por la mordedura de murciélagos, en la misma jurisdicción.
En esa ocasión, la agencia precisó que el brote había sido atendido oportunamente en la parroquia Sevilla Don Bosco, una zona selvática donde se asientan fincas ganaderas.
Se han tomado "todas las acciones correspondientes para el control de esta enfermedad", afirmó entonces Agrocalidad y señaló que "se planifica la captura y control de poblaciones de quirópteros hematófagos (desmodus rotundus)", los murciélagos que habían infectado al ganado en el área.
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