Una investigación científica ha dado a conocer los datos obtenidos en materia de consumo de alcohol en relación con el sexo sin protección. Los resultados son esclarecedores: se ha demostrado que el alcohol por sí solo, sin tener en cuenta otros factores de riesgo, aumenta las posibilidades de tener sexo sin protección, lo que puede llevar a correr más riesgos a la hora de sufrir una enfermedad de transmisión sexual.
No es nada nuevo lo que este estudio descubre, ya que muchos trabajos han apuntado hasta el momento que la desinhibición provocada por el consumo de este tipo de bebidas lleva al consumidor a adoptar comportamientos que normalmente ni se plantearía, aunque estos sean arriesgados. Pero hasta ahora no se había demostrado que el alcohol fuera la causa directa e independiente de que en muchos casos se practique el sexo sin protección.
Una revisión de 12 estudios publicada en “Addiction” confirma esta relación de causalidad y aporta datos; apunta que un incremento de 0.1mg/ml de alcohol en sangre aumenta un 5% las posibilidades de tener este tipo de encuentros.
Los estudios se han llevado a cabo en distintas instituciones de salud de Canadá y EEUU, y se han centrado en analizar la intención de utilizar el preservativo, no el hecho mismo de usarlo. La metodología utilizada ha sido simple: se han creado dos grupos, uno formado por jóvenes que beben alcohol y el otro no. Así han llegado a la conclusión de que esta sustancia afecta de manera inmediata a la toma de decisiones, y cuanto más bebe, más facilidad hay para tener relaciones desprotegidas.
El doctor Jürgen Rehm, del Centro de Adicciones y Salud Mental de Toronto y coordinador del análisis ha declarado que “este hallazgo debería tenerse en cuenta en los programas de prevención del VIH y otras enfermedades de transmisión sexual”. Además, sostiene que los resultados obtenidos “explican en parte por qué las nuevas infecciones por VIH se mantienen más o menos estables en los países desarrollados, a pesar de la información que tienen los ciudadanos. El alcohol, que afecta al juicio, puede estar detrás del problema, ya que la transmisión sexual del virus se ha convertido en la vía más frecuente”.
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