A pesar de que durante las últimas décadas, como producto de una cultura que vincula exclusivamente a la belleza física con la delgadez, los dos transtornos más conocidos eran principalmente los ligados a los alimentos (bulimia, anorexia), recientemente varias enfermedades caracterizadas por el comportamiento crónico y autodestructivo vienen también siendo foco de congresos médicos y libros especializados.
Términos como “mamirexia”, "vigorexia" u “ortorexia” han saltado de los papers médicos y son discutidos tanto en las consultas como en publicaciones de interés general, concientizado a la población sobre los riesgos de ciertas conductas obsesivas.
La mamirexia, también conocida como pregorexia, es el síndrome que afecta a las embarazadas que quieren estar extremadamente delgadas. Esta obsesión en el momento de desarrollo del feto es particularmente peligrosa ya que puede incidir en la salud del bebé de manera irreversible. Una de las celebridades más reconocidas por su estilo, la ex Spice Girl Victoria Beckham, dio a luz en el mes de julio, pero ya se la ha visto luciendo vestidos talles XXS, dejando en manifiesto su obsesión por conservar su figura perfecta.
Una similar preocupación por el cuerpo es lo que resulta en el transtorno llamado “vigorexia”. Se trata de una distrofia muscular, que resulta de una necesidad obsesiva de realizar ejercicio fìsico de manera constante y produciendo alteraciones metabólicas que ocasionan depresiones y cambios de hunor en la persona.
En tanto, la ortorexia es un trastorno indefectiblemente moderno, producto de las sociedas más eco-friendly. Se trata de la obsesión por comer saludable, rechazando así la ingesta de ciertas vitaminas y ácidos grasos que son imprescindibles para el cuerpo. Según el médico que acuñó el término, el norteamerino Steve Bratman, “la desnutrición es común entre los seguidores de la comida saludable”.
En nuestro país, un libro de reciente aparición “Los nuevos transtornos” (Editorial Paidos), de la médica psiquiatra Juana Poulisis analiza estos ejemplos y varios más, incluyendo el “atracón de alcohol” y la permarexia, la obsesión –generalmente femenina- por hacer dietas pero sin control médico
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