Luego del peor terremoto ocurrido en toda la historia de Japón el pasado 11 de marzo, magnitud 9.0 Richter y un posterior tsunami con olas de hasta 40.5 metros, Fukushima Dai-ichi Central Nuclear fue seriamente dañada al explotar. Sus reactores 1 y 3 sufrieron inicial fusión de núcleo, seguido por el dos.
En estos meses nos hemos enterado de daños colaterales de esta tragedia, al recordarles a diversas empresas que pretendían usar la energía atómica, que aquellas centrales no pueden asegurar el grado de seguridad necesaria. Por tanto se han perdido negocios e inversiones en aquel sector.
En Japón ha habido, al parecer, serios errores en cómo se gestionó la catástrofe Nuclear de Fukushima los cuales agravaron el accidente y sus consecuencias. Existen defensores y detractores sobre beneficios y perjuicios de la energía nuclear, tema donde convergen múltiples intereses.
A pesar de los discursos que aseveran que la tecnología es segura, seguimos enterándonos del espantoso espectáculo y drama humano que provoca un accidente en alguna central nuclear. Los reactores de este tipo tienen una serie de productos artificiales que poseen radiación, la cual dura décadas. En dosis bajas la radioactividad se incorpora a organismos de seres vivos a través del alimento, aire y agua.
Lo anterior produce riesgos de diversas patologías que involucran falla en el sistema inmunitario, lo cual se relaciona con toda enfermedad existente. Ésto ya está ocurriendo en las áreas de Japón donde se mantienen los residuos radiactivos que se escapan de Fukushima.
No existe solución a la fuga de residuos radiactivos mientras se acumulan en las piscinas de las Centrales que, probablemente por falta de refrigeración eficiente, haya causado el empeoramiento de la fuga inicial.
Hace pocas horas el Gobierno Japonés y la operadora de ésta central TEPCO han revelado la "hoja de ruta" que desmantelará la planta en un plazo de 30 a 40 años, seguido de 5 días de "parada fría" de sus reactores.
Japón es un país valiente, lo forma un pueblo que sobresale de la media en aspectos positivos que encierran autosuperación y procurar no estancarse en las tragedias. Igualmente el pueblo nipón y todo el planeta, merecemos experimentar un medio ambiente limpio y seguro. Lo ocurrido en Fukushima ha de unirnos para exigir a gobernantes del mundo: el cierre y término de crear plantas nucleares en nuestra Tierra.
No hay comentarios:
Publicar un comentario