lunes, 23 de enero de 2012

CATALUÑA CONSIDERA MAS IMPORTANTE HABLAR CATALAN QUE SER BUEN MEDICO PARA SU SERVICIO DE SALUD

BOMBEROS, sanitarios, enseñantes y mossos d'Esquadra se manifiestan estos días contra los recortes en los servicios públicos decretados en Cataluña, y algunos lo hacen portando banderas españolas y gritando eslóganes en castellano. Para fastidiar.

Para fastidiar a los gobernantes de la Generalitat. Pensarán los manifestantes que con estos gritos y enseñas le dan a Artur Mas y los suyos en todo el bebe identitario. ¿Qué es lo que más les duele a los nacionalistas en el poder? Que las reivindicaciones populares se envuelvan en la bandera de España y se expresen en "la lengua del Imperio". Los recortes están haciendo mella en la atención sanitaria y la enseñanza, en los servidores del orden y el funcionariado, pero no en el idioma catalán.

Sigue impulsado como siempre, desde que existe la Generalitat -lo cual es legítimo-, pero también está metido con calzador desde que la Generalitat se impuso como prioridad sumergir a todos los ciudadanos de Cataluña en el lenguaje de la tierra, independientemente de lo que hablen en sus casas, en sus tiendas y en sus relaciones cotidianas. Hablando de sanidad, ahora se ha hecho público en Tarragona el protocolo que los gestores de la sanidad pública han elaborado para obligar a los médicos a hablar entre ellos en catalán y a dirigirse también en catalán a los pacientes.

El protocolo es de lo más explícito. No recomienda, sino que insta. Se ordena que todos los trabajadores sanitarios deben expresarse en catalán, tanto por teléfono como por megafonía cuando se trate de actos públicos e incluso durante las reuniones de trabajo, y especialmente cuando haya delante terceras personas como los enfermos y sus familiares. ¿Qué pasa cuando los enfermos y sus familiares son castellanohablantes, por ejemplo? La autoridad sanitaria no se arredra: el facultativo ha de hablar en catalán siempre, "independientemente de la lengua que utilice su interlocutor", y ha de seguir la conversación en este idioma aunque el interlocutor muestre "cierta dificultad" en la comprensión del mismo. En tal caso, se encarece que los médicos utilicen "recursos no verbales y material gráfico de apoyo". Estupefaciente: antes que dejarle hablar castellano para que los usuarios entiendan lo que les dice conminan al doctor a que le indique por señas el diagnóstico o le explique con un dibujito la patología que le aqueja. Eso sí, si un extranjero acude por vez primera al hospital se acepta que procuren hablarle en su lengua (extranjera, no española) y si existe el peligro de que el paciente malinterprete el diagnóstico también se admite saltarse el protocolo.

Si esto no es totalitarismo, que venga Dios y lo vea.
www.iberonat.com

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