sábado, 26 de mayo de 2012

Lerida quiere ser zona libre de tansgenicos

Juli Bergé es uno de los pocos agricultores leridanos que hoy en día sigue cultivando maíz ecológico. Dedica a este producto unas 10 hectáreas de terreno en Bellcaire d’Urgell (Noguera) y para evitar contaminaciones de los campos cercanos, que han plantado la variedad transgénica, tiene que sembrar casi un mes más tarde. Así consigue minimizar el riesgo pero no cuenta con plenas garantías de salvar su producción y, por lo tanto, es probable que tenga que comercializarlo como convencional si no supera los requisitos para obtener el certificado ecológico.
“Produzco maíz ecológico para que ningún político ni multinacional de semillas transgénicas diga que no existe ningún problema de coexistencia”, afirma. El productor, que a su vez representa la Associació d’Empresaris Ecològics AE2, pide medidas a las administraciones para evitar los casos de contaminación o que, por lo menos, se compense a los perjudicados. “Siempre se aconseja a los productores de transgénicos que planten una zona de maíz convencional para evitar que las plagas se hagan resistentes. Nos encontramos que, al final, nuestras producciones son su refugio”, explica.
La problemática del maíz se manifiesta este viernes en la Mesa Sectorial Agraria de Producción Ecológica. Así lo plantea el sindicato Unió de Pagesos, que formula la petición junto a AE2 y la Federació de Cooperatives Agràries de Catalunya. El responsable del sindicato agrario del área ecológica, Emili Aguilera, cree que algunas zonas que ahora empezarán a regarse con agua del canal Segarra-Garrigues se podrían declarar libres de transgénicos. “Los ingredientes están sobre la mesa: hay mucha demanda, es un producto que se paga más caro y tenemos un clima favorable”, comenta.
Catalunya, importante productora de maíz transgénicoActualmente, tanto Catalunya -56% del total- como Aragón conforman uno de los conjuntos más importantes de producción de maíz transgénico de Europa. Por eso, otra de las propuestas es que el Govern haga un reglamento de coexistencia como los que ya están aprobados en países como Alemania o Dinamarca. Más que establecer distancias de seguridad, se pide una política de sanciones a las empresas multinacionales que, por la composición de las semillas que fabrican, contaminen la producción ecológica.
Por su parte, fuentes oficiales del Departament d'Agricultura, aclaran que hasta el momento no existen “hechos probados” para establecer que el cultivo de maíz transgénico haya contaminado al ecológico ni que esta sea la causa por la cual no se produce ampliamente en Catalunya. En estos momentos, junto a las nuevas recomendaciones de la Comisión Europea sobre coexistencia –que derogan la legislación anterior-, el Govern está analizando su contenido para llevar a cabo un decreto en esta línea.
Aun así, deja claro que ante una posible “flexibilización” que permitiría declarar zonas libres de transgénicos –previamente justificadas-, ahora en pleno debate en la UE, se desconoce si Catalunya podría hacer una gestión directa o esta competencia recaería en España. De todos modos, la postura que defiende Agricultura, según las mismas fuentes, es la de “mantener la coexistencia entre los diferentes sistemas productivos, los cuales han de poder cubrir las demandas del mercado y los consumidores”.
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