Las flores de Bach han sido reconocidas y recomendadas desde 1974 como terapia complementaria por el mundo, dentro de la calificación que estableció la Organización de la Salud, indicando su registro como especialidad y / o calificación profesional.
El Dr. Edward Bach siempre se preocupó por la denominada medicina tradicional y su enfoque holístico de la sanación de la persona.
Desde muy pronto empezó a observar como la medicina quería erradicar los síntomas de las enfermedades.
Esta observación le llevó a desarrollar una forma más simple y natural de un método terapéutico que tiene como objetivo curar las causas y no los síntomas, tratar al individuo y no la enfermedad.
En 1917, aconteció para Bach uno de sus peores momentos, aunque uno de los más transformadores que podría tener, después de sufrir una hemorragia y un gran dolor provocado por el cáncer instalado en su cuerpo, se dio cuenta de que la experiencia de la enfermedad dirige a las personas a comprender la necesidad de tener un propósito definido en la vida.
Este proceso también le llevó a la comprensión de que los individuos están en varios grupos de "tipos", cada uno de estos grupos relacionado con la peculiar enfermedad, es decir actitud mental, personalidad y actitudes de la gente, teniendo una fuerte influencia en la salud y recuperación del estado óptimo de salud.
Por tanto, al buscar nuevas formas de tratar las enfermedades, se dio cuenta de que hay un verdadero vínculo entre emociones, somatización y las debilidades de manera que uno también podría establecer una cura.
El proceso de pérdida del estado óptimo de salud tiene un factor importante en la mayoría de los casos el factor emocional y la somatización de estas emociones en la parte física del ser humano.
Para recuperar el estado óptimo de salud es básico el equilibrar nuestros pensamientos, emociones y cuerpo físico, solo así conseguiremos recuperar la salud.
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