Más baratas, más fáciles de obtener y sin restricciones. Estas son algunas de las causas que explican la tendencia en aumento del consumo de las nuevas drogas emergentes (sustancias psicoactivas no controladas), frente a las reguladas como el cannabis o la cocaína. El Ministerio de Sanidad se ha centrado esta vez en el estudio de la población más joven con la publicación de un informe en el que recoge que el 3,5% de los estudiantes españoles de entre 14 y 18 años (76.000 jóvenes) las ha probado alguna vez en la vida. Entre las preferidas, los hongos alucinógenos lideran la lista (el 2,1% consumió el último año), seguidas de la ketamina (anestésico utilizado como alternativa al éxtasis) y el spice (mezcla de hierbas sintéticas que imitan los efectos del cannabis).
Ellos acumulan más experiencia que ellas en este terreno (el 4,7% frente al 2,4%), y el consumo que hacen está asociado al ocio nocturno de discotecas y fiestas, donde es habitual caer en el policonsumo (mezclar con otras drogas, como el alcohol). Sin embargo, en los últimos años Sanidad ha observado un aumento de consumidores en solitario que buscan nuevas sensaciones.
El estudio, el primero que se realiza en España y en toda Europa, analiza nueve sustancias psicoactivas como la metanfetamina, la mefedrona (fertilizante), el spice o las llamadas setas mágicas. Pero existen muchas más. Hay innumerables derivados creados a partir de sustancias adulteradas que originan otras y que también se mantienen al margen de la regulación. Además, no están incluidas en las listas de estupefacientes, ya que a veces se trata de productos disfrazados como, por ejemplo, sales de baño, abono para plantas o incienso, a los que se les da un uso distinto para el que fueron fabricados. Nuria Espí, delegada del Plan Nacional sobre Drogas, alerta del riesgo de estas drogas, dado que "se desconoce su composición final y las consecuencias" de experimentar con ellas.
Por ahora el volumen de consumo no es "preocupante", ha señalado Espí, en comparación con otras drogas clásicas como la cocaína, que convierte a España en el segundo consumidor mundial (la toma el 2,7%), según el informe anual del Observatorio Europeo de las Drogas y las Toxicomanías. Pero hay que tener en cuenta que estas sustancias se están tomando a edades muy tempranas, ha añadido la delegada del PND.
Los efectos que producen son tan diversos como su origen y composición, aunque pueden diferenciarse por ser psicoestimulantes, como los derivados de las anfetaminas (MDMA), depresores (spice) y alucinógenos (nexus, setas). Un consumo abusivo y prolongado en el tiempo puede desencadenar efectos perjudiciales a largo plazo, entre los que Magí Farré, catedrático de Farmacología Clínica de la Universidad Autónoma de Barcelona y uno de los expertos que ha elaborado el informe, enumera algunos como alteraciones de la memoria, hiperactividad del sistema nervioso central con repercusión cardiovascular, posibles problemas psiquiátricos, e incluso la muerte. "Del colocón a la intoxicación grave hay un margen muy pequeño", ha asegurado Farré, que trabaja en el Instituto de Investigación del Hospital del Mar en Barcelona.
El informe señala también que bajo los efectos de estas sustancias se pueden desarrollar conductas agresivas y de riesgo, como conducir de forma temeraria o mantener relaciones sexuales no protegidas. Información que no parece llegar a los jóvenes consumidores: "Entre un 40% y 50% de los encuestados desconoce los riesgos concretos de las sustancias que consumen" puede leerse en el estudio.
Acceder a ellas es fácil a través de Internet, que desempeña un papel importante en la promoción, distribución y venta de estas sustancias y que "escapan al control de los gobiernos", ha señalado Espí. La Unión Europea ha identificado hasta 600 páginas en la Red donde se pueden adquirir esas sustancias, pero "seguramente serán miles", ha asegurado Manuel Sanchís, especialista en medicina interna y miembro también de la Comisión Clínica de expertos que ha participado en el informe.