El caso de la clínica Medicus puede dar la extremaunción a la reputación de las autoridades de Kosovo, no reconocida por Rusia”, escribe hoy el periódico “Kommersant”.
Se trata de hechos ocurridos en 2008. En Prístina, en la clínica Medicus, un grupo internacional de médicos, bajo la protección de un alto funcionario del Ministerio de Salud realizó operaciones ilegales de extirpación de órganos. Los “transplantólogos apócrifos” engatusaban y atraían a Kosovo a serbios, turcos, bielorrusos, rusos y a representantes de otras nacionalidades, a los que prometían pagar hasta quince mil euros por un riñón. Como consecuencia de aquella estafa, más de treinta donantes fueron engañados, pues, bien recibieron mucho menos de lo prometido, o algunas veces, hasta nada. Mientras que esos galenos de mala pasta, por cada operación exitosa obtuvieron beneficios de hasta centenares de miles de euros.
El “Proceso del caso Medicus” comenzó en octubre de 2011, auspiciado por la Misión de la UE en Kosovo (EULEX). Del grado de gravedad de las consecuencias para los implicados habla el hecho que, la Fiscalía de Turquía exigió para su ciudadano, el cirujano Yusuf Sonmez, ciento sesenta y un años de cárcel. Se considera que efectuó once operaciones ilegales de extirpación de órganos.
“Kommersant” informa de que en abril del año pasado, a la cancillería de Rusia fue enviada una petición de EULEX de ayuda jurídica para el “caso Medicus”. Según los resultados de la investigación, dos rusos fueron oficialmente declarados víctimas en el caso, pues les extirparon el riñón izquierdo para ser usados en un transplante, y luego les pagaron mucho menos de lo prometido.
Las pistas del “caso Medicus” pueden llevar a los hechos de fines de la década del 90 cuando, según testimonio de la Fiscal del Tribunal Internacional para la antigua Yugoslavia, Carla del Ponte, en Kosovo fueron secuestrados más de trescientas personas. Ellos fueron trasladados a la denominada “casa amarilla”, en el norte de Albania, donde les extirparon riñones y otros órganos vitales. Carla del Ponte aseveró entonces que todo se hizo con el conocimiento de los dirigentes del “Ejército para la Liberación de Kosovo”, entre los que figura el actual primer ministro de Kosovo Hashim Taci. El nombre de este, como por lo demás, el de la clínica “Medicus”, figura también en el informe sobre el comercio de órganos que preparó para la PACE el diplomático suizo Dick Marti.
En tanto, la interrogante principal es: ¿Hasta qué grado puede EULEX llevar a cabo una investigación objetiva de los casos de “transplantes sucios” en Kosovo? Sobre ello opina el politólogo serbio Branco Radun:
−Han sido ya reveladas muchas pruebas: muchos testigos murieron ya sea de muerte natural o violenta. Algunas personas que podrían decir algo temen hacer declaraciones. Será difícil llevar a cabo un proceso justo y objetivo; es necesario centrar la atención en el asunto de la protección del testigo. Y es que se trata de un caso contra el cartel mafioso que gobierna en Kosovo y es respaldado por Washington.
Moscú, debido justamente a la situación insatisfactoria en cuanto a la protección de los testigos, considera, como también piensa Belgrado que una investigación objetiva de los “trasplantes sucios” en Kosovo debe ser realizada bajo la égida de la ONU. Pero, esta propuesta no encuentra apoyo en los socios occidentales, que temen poner en entredicho la legitimidad del Estado de Kosovo y sus autoridades.
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