Facilitan la digestión, ayudan a combatir los cólicos, son antiinflamatorias, tienen efecto antiséptico o sirven para tratar problemas nerviosos o de sueño, entre otras propiedades. A la larga lista de acciones beneficiosas que poseen las infusiones se suman su sabor y olor agradables, facilitando así su consumo. De hecho, cada vez son más las personas que saborean y disfrutan de una infusión detrás de una comida o a cualquier hora del día. El doctor Ignacio Bachiller, especialista en medicina naturista, fitoterapia y homeopatía desglosa a continuación los tipos de hierbas para infusión con mayor presencia en el mercado.
Menta poleo. El poleo es una especie de menta («Mentha pulegium»), planta de la que existen muchas especies y subespecies, ya que hibrida con gran facilidad. Para preparar una infusión se utiliza la parte aérea de la planta, con efecto aperitivo y digestivo, que estimula la función de la vesícula biliar y ayuda a la eliminación de gases. También es útil como antiespasmódico en el caso de cólicos intestinales y dolor de vientre de origen digestivo. Dado que en ocasiones (raramente) su consumo puede provocar cierta excitación, no se aconseja por la noche a los niños de por sí nerviosos.
Anís verde. Planta muy conocida por las madres al haberla utilizado para combatir los cólicos de los bebés y facilitar la expulsión de gases. Son los clásicos «anisinos». Para este caso, la parte de la planta que se emplea es el fruto, muy parecido al del comino, pero de sabor totalmente diferente y mucho más agradable. Además de este efecto ampliamente conocido, estimula el movimiento ciliar a nivel respiratorio, por lo que es de gran utilidad como expectorante cuando se tiene catarro. También posee un pequeño y discreto efecto galactogogo, es decir, que incita a la producción de leche en el período de lactancia.
Manzanilla. Es la infusión más conocida y para cuya preparación se emplea la flor de la planta (aunque escasa en muchas de las marcas presentes en el mercado, donde predomina el tallo, que proporciona un color más intenso a la infusión). Existen distintas especies, pero la que abunda es la «Matricaria recutita». Tiene un reconocido efecto digestivo y antiespasmódico, por lo que se utiliza para luchar contra los cólicos. Los niños suelen tomarla muy bien dado su agradable sabor. Pero la manzanilla también ejerce un efecto antiinflamatorio y antiséptico, de ahí los tradicionales lavados de ojos con manzanilla en casos de conjuntivitis o para quitarles a los niños las legañas, que no son otra cosa que infecciones leves oculares. Éstas se dan con frecuencia en la infancia cuando los pequeños tienen catarro o problemas de garganta, ya que se chupan las manos y a continuación se rascan o frotan los ojos, transmitiendo así la infección. Es necesario ser muy cuidadoso con la preparación de la infusión, ya que se aconseja que la temperatura de la misma sea igual a la corporal; además, ha de hacerse suave y filtrarla para que no queden restos de ese polvillo que suele situarse en el fondo de la taza.
Hierbaluisa o Marialuisa. Planta muy utilizada en Asturias. Para la infusión se emplean las hojas, con olor a limón, de ahí su nombre científico, «Lippia citriodora», que significa con olor a limón. Se trata de una planta con acción digestiva, antiespasmódica y carminativa (facilita la expulsión de los gases), y aunque no tiene ese efecto, se emplea igualmente como relajante.
Melisa. También llamada toronjil o abellera en Asturias, debido a su curiosa facilidad para atraer las abejas, y ello a pesar de que no acuden a libar en ella. En algunas zonas se frotaba con la planta fresca el interior de las colmenas para atraer los enjambres. Planta con acción digestiva, antiespasmódica y relajante, se emplean las hojas, que tienen un agradable olor a limón. Tópicamente y en forma de extracto se utiliza para tratar el herpes labial.
Tila. De efecto relajante y tranquilizante, tradicionalmente se ha usado para combatir los problemas nerviosos y de falta de sueño. Pero también es una planta diaforética; es decir, se usa en los casos de fiebre, ya que aumenta la sudoración, facilitando así la pérdida de calor. Para elaborar una infusión se cogen la flor y la bractea, una especial de hoja que se encuentra junto a la flor, de un color diferente a la verdadera hoja del tilo.
Pasiflora. También conocida como pasionaria o flor de la pasión por el aspecto de la flor, que remeda a los clavos de Cristo y la corona de espinas. Es más difícil de encontrar en el mercado que otras plantas. Para preparar una infusión se utilizan las partes aéreas (hojas y flores) y posee un efecto ansiolítico, sedante y antiespasmódico, por lo que resulta de gran ayuda en casos de depresión, nerviosismo e insomnio.
Cola de caballo. Planta diurética, pero igualmente cicatrizante y remineralizante, aunque utilizada en forma de infusión su principal efecto es estimular la eliminación de orina por el riñón. Para ello se emplean los tallos estériles, que son de color verde.