Hasta el punto de que en cada grupo -A, B, AB y O- hay alimentos que son perjudiciales, otros beneficiosos y otros neutros. Es más, aseguran que muchas enfermedades pueden deberse al mero consumo de alimentos no adecuados para nuestro grupo sanguíneo. Otros, en cambio, nos ayudarían a sanar. Incluso afirman que en ello está la razón de que muchas personas no consigan adelgazar cuando se ponen a dieta.