El doctor Ramón Jaime Holguín-Peña, del Centro de Investigaciones Biológicas del Noroeste (Cibnor), unidad La Paz, Baja California Sur, trabaja en la búsqueda de compuestos antimicrobianos derivados de plantas medicinales mexicanas que puedan utilizarse como fungicidas (eliminen hongos) en la agricultura orgánica de las hortalizas.
El equipo de trabajo del Laboratorio de Fitopatología de este Centro colectó en diferentes zonas del estado de Hidalgo alrededor de 200 plantas con antecedentes de actividad antimicrobiana.
Tras experimentar con los ejemplares recolectados, se seleccionaron dos organismos que demostraron efectividad en el control de enfermedades micóticas: se trata del orégano de monte (Lippia palmeri) y la gobernadora (Larrea tridentata), plantas ampliamente distribuidas o de fácil domesticación.
El recurso etnobotánico seleccionado se usó para elaborar dos extractos artesanales que permitieran controlar de forma natural al hongo Fusarium oxysporum, el cual produce la fusariosis, enfermedad que puede afectar el tallo y las hojas de hortalizas.
Los extractos fueron preparados a partir de dos agentes que son susceptibles de usarse en la agricultura orgánica: agua y etanol. De acuerdo con el doctor Ramón Jaime Holguín-Peña, la fórmula realizada a base de alcohol puro es efectiva y de larga duración, pero el costo de la materia prima pudiera ser elevado para ser utilizado en grandes cantidades, por lo que no conviene a los pequeños productores.
En tanto, la formulación que contiene una parte de alcohol y una de agua es menos costosa, pero menos duradera, debido a que tiende a fermentarse relativamente rápido.
A decir del doctor Holguín-Peña, estos productos son de fácil preparación, por lo que el propio agricultor puede elaborarlos; además, no son tóxicos para el ser humano ni al medio ambiente.
Cabe señalar que dada la naturaleza de la formulación de estos productos es recomendable usarlos a más tardar 15 días después de su elaboración, y utilizarlos básicamente como preventivos de la enfermedad.
El investigador del Cibnor explicó que la aplicación de este tipo de extractos se dará también en función de la etapa en que se encuentre el cultivo. En el caso de las plántulas, la formulación se coloca directamente en el suelo, mientras que cuando éstas se han desarrollado, puede ponerse en la parte aérea de la planta o en forma de aspersión en el tallo.
Asimismo, el doctor Ramón Jaime Holguín-Peña señaló que no es necesario aplicar el compuesto orgánico todos los días, debido a que la presión de la enfermedad varía con las condiciones ambientales, por lo que habrá que hacerlo “cuando haya alta humedad relativa y días nublados.”
Los extractos de plantas medicinales de este Centro Público de Investigación del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt) han sido probados con éxito en jitomate en condiciones de invernadero; sin embargo, el investigador destacó que a ese nivel la enfermedad no es representativa de un cultivo real, por lo que aún falta probar el desarrollo en mayor escala.
Si bien el Laboratorio de Fitopatología del Cibnor ha concluido esta parte del proyecto (financiada por los Fondos Mixtos del Gobierno de Hidalgo y el Conacyt), sus integrantes decidieron dar continuidad a esta línea de investigación, y actualmente trabajan con este tipo de extractos para el control de enfermedades en la albahaca y otras especies aromáticas, con el apoyo de la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (Sagarpa).
No hay comentarios:
Publicar un comentario