Una o dos al día para ellas y dos o tres para ellos. Esta es la fórmula más idónea para adaptar la cerveza a una dieta equilibrada, incluso a un tratamiento dietético para personas obesas. Este es el concepto en el que han incidido endocrinos de la Sociedad Española para el Estudio de la Obesidad (SEEDO), que estuvieron ayer en Málaga para presentar una campaña informativa en este sentido, dirigida a profesionales y pacientes.
Alejandro Sanz, del Servicio de Endocrinología del Hospital Miguel Servet de Zaragoza y miembro de la SEEDO comentó que «la idea con estas campañas es desmitificar el hecho de que la cerveza es una enemiga de las dietas de adelgazamiento y de los tratamientos dietéticos para personas obesas». El consumo moderado es la clave, salirse de estas cifras, de forma continuada sí puede causar efectos contrarios a los deseados. Los dos manuales que se han editado, uno dirigido a los profesionales sanitarios, y otro más divulgativo para pacientes y público en general, ahondan también en aspectos como la combinación de la cerveza con alimentos bajos en grasas, tomarla después de haber calmado la sed, con bebidas no calóricas, o degustarla en su formato sin alcohol. «Son otros muchos los factores que hay que potenciar antes de la eliminación de la cerveza, para llegar a buen puerto en un tratamiento de obesidad, como fomentar el ejercicio y una alimentación equilibrada», prosiguió el doctor Alejandro Sanz.
Estas guías de recomendaciones se repartirán en las consultas de endocrinología de los hospitales y centros sanitarios de la provincia.
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