viernes, 24 de junio de 2011

Investigadores lucenses alertan de la resistencia del E. coli a antibióticos

El Laboratorio de Referencia del E. coli de la Universidad de Santiago, integrado en la facultad de Veterinaria, acaba de publicar un estudio que confirma la creciente resistencia de determinadas cepas de la bacteria E. coli a los antibióticos, lo que reduce los recursos terapéuticos en el caso de infecciones causadas por estas variedades. El director del Laboratorio, Jorge Blanco, alerta de que si no se toman las medidas oportunas a corto o medio plazo se podría entrar «en una era post-antibiótica sin retorno, en la que no dispondríamos de ningún antibiótico útil para muchas infecciones muy importantes».

El laboratorio ha liderado una investigación que acaba de ser publicada en la regista Journal of Antimicrobial Chemotherapy. Se trata del segundo estudio en todo el mundo y el primero europeo en el que se investigan tres variedades asociadas con la resistencia a antibióticos y en él participaron los departamentos de Microbiología Clínica de cinco hospitales españoles, entre ellos el Lucus Augusti.

Una de las tres variedades que han investigado, la O25b:H4-ST131, es responsable de al menos una de cada diez infecciones extra intestinales producidas por E. Coli y es resistente a la ciprofloxacina, un antibiótico muy extendido. Otra línea de esta misma variedad muestra resistencia al cotrimoxazol, por ejemplo.

«Hace mucho tiempo que se sabe que el E. coli causa infecciones urinarias y septicemias y en los últimos 20 años se había observado un aumento drástico de la resistencia a antibióticos. Hasta el año 2000 se sabía de muchos clones resistentes, pero ninguno sobresalía, ahora vemos que hay clones que se han expandido más, que son causa importante de infecciones porque predominan, tienen más genes de virulencia y son resistentes a muchos antibióticos», explica Jorge Blanco.

Precisamente por su creciente protagonismo, Blanco cree que deben desarrollarse vacunas eficaces contra estas variedades, de modo que permitan alargar la vida útil de los antibióticos. «Si se consigue frenar estos clones de E. coli su lugar lo ocuparán otros que esperemos que sí sean sensibles a los antibióticos», explica.

Los datos que maneja el equipo del Laboratorio de Referencia indican que ese mismo grupo se está expandiendo «de forma espectacular en las aves», por lo que también apuestan por desarrollar una vacuna contra las enfermedades del tracto digestivo causadas por E. coli en estos animales. Esta medida permitiría reducir las tasas de mortalidad en aves, así como el reservorio de cepas de E. coli patógenas para los humanos y resistentes a los antibióticos.

Tracto urinario

El E. coli es responsable del 80 por ciento de las infecciones urinarias, que causan cada año millones de consultas médicas. Se calcula que cerca del 40% de las mujeres experimentan por lo menos una infección urinaria sintomática durante su vida.

Jorge Blanco alerta contra el tratamiento empírico de estas afecciones, es decir, el uso de antibióticos -quinolonas fluoradas y cotrimoxaxol- sin conocer de antemano si la cepa causante es resistente o sensible porque supone un riesgo real de fracaso del tratamiento. «Hasta ahora funcionaba, pero es mejor aislar la cepa y dar el antibiótico específico», aclara.

Además, el incremento de la prevalencia de cepas productoras de beta-lactamasas -una encima que rompe y destruye antibióticos como las penicilinas o las cefalosporinas- «limita el uso de múltiples grupos de antimicrobianos, aumentando las posibilidades de fracaso terapéutico y la tasa de mortalidad», apuntó Blanco.

El director del Laboratorio de Referencia del E. coli señaló que los organismos públicos deben potenciar la I+D para desarrollar nuevos antimicrobianos y vacunas y financiar la investigación básica y aplicada. «El desarrollo de medicamentos es muy caro y la industria farmacéutica está más centrada en las enfermedades crónicas, que tienen mayor rentabilidad económica que los antimicrobianos, que se utilizan por períodos de tiempo cortos, por eso los gobiernos tienen que apoyar la investigación en este campo», indicó.

RECOMENDACIONES
•Usar los antibióticos con prudencia. Jorge Blanco indicó que para frenar la expansión de las variedades resistentes a antibióticos es necesario hacer «un uso prudente» de estos. De este modo, aconseja no utilizarlos en infecciones que se pueden curar sin su administración, dispensarlos únicamente con prescripción facultativa, disponer de un diagnóstico adecuado con suficiente apoyo de laboratorio, y elaborar protocolos adecuados de tratamiento empírico. Es también importante hacer un uso más racional en medicina veterinaria, evitando su utilizacion como promotores de crecimiento de los animales, lo que reducirá su llegada a los seres humanos a través de la cadena alimentaria
•Cinco hospitales. En el estudio clínico colaboraron los servicios de Microbioología Clínica del Hospital Lucus Augusti de Lugo, Vall d’Hebrón, de Barcelona; Marqués de Valdecilla, de Santander; 12 de Octubre, de Madrid y Virgen Macarena, de Sevilla. Todos están integrados en la Red Española de Investigación en Patología Infeccionsa (Reipi), del Fondo de Investigación Sanitaria del Instituto de Salud Carlos III.

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