sábado, 18 de junio de 2011

Salud y Homeopatia

Qué es la medicina homeopática? A principios del siglo pasado, un médico alemán llamado Samuel Hahnemann fundó la medicina homeopática, su objetivo era tratar diferentes afecciones con sustancias que la naturaleza nos brinda, evitando de esta forma las complicaciones de los medicamentos alopáticos.

Energía vital


La primera ley de la homeopatía destaca que la energía o fuerza vital es la que anima a cualquier ser viviente. Es lo que los griegos denominaban “zoe”, los hindúes “prana” y los chinos “chi”. Esta energía es la responsable de mantener nuestra mente y nuestro cuerpo en equilibrio, en estado de salud.


Así, las enfermedades en la homeopatía se entienden como un desequilibrio en nuestra fuerza vital, un desarreglo o alteración energética o dinámica en nuestra salud; siendo la misma vitalidad profunda la primera que se altera en una enfermedad, apreciándose un desarreglo en nuestra mente (afecto, voluntad, intelecto).

Individualismo


Según el doctor Hernán Candia Román, todo tratamiento homeopático es personalizado. “Un tratamiento homeopático es individual. En primer término se hace un estudio acabado del paciente y recién después de conocer su organismo, sus mecanismos de defensa activos, o sus problemas de salud, se le indica la fórmula adecuada para afrontar y prevenir cualquier enfermedad”.


Según la medicina homeopática, no existen dos enfermedades iguales, así como tampoco existen medicamentos idénticos entre sí: por el contrario, todo ha de ser diagnosticado y cada remedio formulado según las características fundamentales del individuo enfermo. La atención especial brindada a cada individuo es, por tanto, una de las directrices principales de la homeopatía.


En líneas generales, puede decirse que un buen médico homeópata no cura la enfermedad sino que cura a cada enfermo en particular, tratando de enmarcar los trastornos en la historia clínica completa del paciente y en sus tendencias orgánicas originales.

Terapia natural


Los medicamentos homeopáticos derivan exclusivamente de los tres reinos naturales: el

animal, el vegetal y el mineral. El reino animal proporciona al homeópata, entre los remedios más utilizados, el Apis, la Formica rufa y el Muschus. Del reino vegetal, que es sin duda el más explotado, derivan la Pulsatilla, la Tuya, la Calendula, la Nux vomica, etc. Por último, en el reino mineral, el Sulfur (azufre), el Arse-niumy el Carbo (carbón vegetal).


Las sustancias más utilizadas en la preparación de fármacos homeopáticos son: Aconitum, Argentum nitricum, Arnica, Arsenium album, Belladonna, Calendula, Carbo vegetabilis Camomilla, China y Coffea. También están el Gelsemium, Lycopodium, Mercurius, Nux vomica, Opium, Phosphorus, Pulsatilla, Rhus toxicodendron, Sambuca nigra (para uso externo) y Sulfur.


A diferencia de cuanto ocurre en la medicina oficial, no existen en cada caso fármacos homeopáticos iguales para todos: siempre ha de ser el médico quien, partiendo del conocimiento de cada enfermo, decida en cada caso el remedio más adecuado.

Un buen médico homeópata no cura la enfermedad, sino que cura a cada enfermo en particular.

Enfermedades y remedios

Trastornos digestivos


Si se trata de calambres en el estómago, entre las sustancias más indicadas se cuentan la Nux vomica y el Carbo vegetabilis. El Arsenium album y el Phosphons están indicados en cambio en los casos de acidez de estómago; para las digestiones lentas y difíciles son muy útiles también la Nux vomica y el Lycopodium.

Fiebre


El aumento de la temperatura corporal se considera una reacción orgánica frente a muchos trastornos. Por tanto, la fiebre no es siempre un “mal” que haya que combatir. No obstante, si se desea contrarrestar, los remedios homeopáticos más útiles son el Aconitum, elRhus taxi-dendron y la China; cuando la fiebre aparece acompañada de convulsiones y de sobreexcitación puede ser también de utilidad la Belladonna.

Contusiones y heridas


Entre unas y otras existen naturalmente grandes diferencias. Arnica y Rhns toxicodendron están indicados en el caso de contusiones, incluso con hematoma; en el caso de heridas, de nuevo el Arnica y la Calendula.

Dolores artrósicos y óseos


Uno de los elementos a tener en consideración para un buen tratamiento homeopático es la localización de los dolores. Para las lumbalgias, por ejemplo, es de utilidad el Sulfur al igual que en caso de dolores errantes. Sin embargo, para contrarrestar los dolores de ciática es más eficaz el Rhus toxicodendron.

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