El uso de la vía intravenosa (IV) de vitamina C para tratar el cáncer está creciendo en popularidad en todo el mundo como la investigación positiva se sigue acumulando y construir un caso fuerte para su eficacia. El último estudio de cohorte de Alemania es un ejemplo más, que muestran que la vitamina C IV mejora notablemente la calidad de vida de los pacientes con cáncer de mama. Tales resultados positivos es probable que la razón por la cual muchos miles de pacientes en todo el mundo eligen ser tratados con esta terapia cada año.
IV vitamina C para el cáncer: estado actual
Ahora está bien establecido que mediante la inyección de la vitamina C que puede alcanzar su concentración en la que el ascorbato generan peróxido de hidrógeno (H2O2) en los tejidos, y es el H2O2 que mata selectivamente las células cancerosas a través del estrés oxidativo. Los estudios de laboratorio han confirmado que altas dosis de vitamina C es citotóxica para una amplia variedad de líneas celulares de cáncer, y que también aumenta la actividad contra el cáncer de varios medicamentos de quimioterapia común. En modelos animales (ratas), IV vitamina C se ha demostrado que disminuye significativamente las tasas de crecimiento de hígado, ovario, páncreas y tumores de glioblastoma con las dosis pueden conseguir con facilidad en los seres humanos. La ciencia detrás de la IV vitamina C como tratamiento contra el cáncer está tan avanzado que hay seis ensayos clínicos que prueban que (solo o con medicamentos de quimioterapia) en los pacientes humanos de los linfomas y el cáncer de colon, mama, útero, cuello uterino, próstata, páncreas y otros.
IV Vitamina C Ayuda Pacientes con Cáncer: Clinical Evidence
Los ensayos clínicos no han mostrado IV vitamina C para reducir tumores, pero eso no es motivo para que un oncólogo para rechazar esta terapia. Mejorar la calidad de vida es también un objetivo importante del tratamiento del cáncer, y la experiencia clínica demuestra IV vitamina C hace exactamente eso. Un estudio prospectivo de Corea (2007) mostraron que esta terapia mejora significativamente la calidad de vida de los pacientes con cáncer terminal, con lo que la salud global / puntuación de calidad de vida de 36 a 55 y dando mejoras en las funciones físicas, emocionales y cognitivas. Gravedad de la enfermedad los síntomas también se redujo en todos los ámbitos, con pacientes que muestran significativamente menos fatiga, náuseas / vómitos, dolor y pérdida del apetito. Estos resultados se repitieron en un estudio acaba de terminar a finales de 2011 en Alemania, que comparó pacientes con cáncer de mama que recibieron vitamina C IV y la terapia estándar en conjunto, frente a la terapia estándar sola. Los que recibieron IV vitamina C experimentaron una marcada reducción (casi el 50%) de los síntomas desagradables y la quimioterapia / radioterapia efectos secundarios tales como pérdida de apetito, diátesis fatiga, depresión, trastornos del sueño, mareos y hemorrágico.
El uso de vitamina C IV está más extendido de lo que piensa
Experiencias como las anteriores están llevando a más pacientes para tratar de vitamina C IV - como son los pacientes de alto perfil. Por ejemplo, el célebre físico neozelandés Sir Paul Callaghan elegido para tratar su cáncer de colon con vitamina C IV, y su nivel de CEA (un marcador del cáncer de colon) comenzó a disminuir después de sólo seis infusiones. Esta terapia está ya muy extendido en Nueva Zelanda: 30 clínicas que ofrecen, la administración de alrededor de 10.000 inyecciones de vitamina C al año. En los EE.UU., una encuesta reciente mostró que más de 8.800 pacientes fueron tratados con vitamina C IV en 2008, con un total de 355.000 frascos de dosis. Pero eso era sólo para los profesionales de la salud que participan en la encuesta. Para el mismo año, los fabricantes registró unas ventas de 855.000 frascos de vitamina C. Esto implica que al menos 21.000 pacientes recibieron terapia de vitamina C IV en 2008. Los ensayos clínicos con vitamina C IV para tratar el cáncer no se completará hasta el año 2013 a 2014. Pero hasta entonces, la evidencia clínica muestra ya que esta terapia puede - al menos - mejorar significativamente la calidad de los pacientes con cáncer de la vida. Los oncólogos deberían considerar seriamente la posibilidad de añadir este tratamiento en su práctica clínica estándar
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