Un gel para prevenir el contagio del VIH durante el acto sexual puede ser una realidad dentro de ocho, quizás una década. Ese es el plazo que barajan los investigadores del laboratorio de Inmunobiología Molecular del madrileño Hospital Gregorio Marañón y de la Universidad de Alcalá como horizonte para ver si el microbicida que están preparando para evitar el contagio del sida puede venderse en las farmacias. Por el momento, todos los indicios preclínicos son buenos. Las pruebas realizadas in vitro han tenido un 90% de eficacia y se va a comenzar a hacer experimentos en ratones humanizados, animales sin sistema inmunológico propio y con más de la mitad de las células humanas.
El estudio de este gel comenzó en 2003 y el objetivo es que seausado tanto por los hombres como por las mujeres. Será de aplicación vaginal y rectal y ofrece un método de protección frente al contagio por el VIH durante el acto sexual. Puede tener una eficacia en la proyección de entre 18 y 24 horas. La doctora María Ángeles Muñoz, jefa de la sección de Inmunología del centro madrileño, explicó que en las pruebas realizadas no se ha detectado ningún tipo de irritabilidad. Además, «no paraliza la motilidad de los espermatozoides». La científica destacó también que, además de inhibir el virus y frenar su expansión en el cuerpo humano, uno de los valores añadidos del gel consiste en su capacidad antiinflamatoria, ya que impide la llegada de células susceptibles de ser infectadas al foco de inflamación, disminuyendo la posibilidad de infección por VIH.
Este gel está basado en el dendrímero 2G-S16 (una macromolécula creada en la Universidad de Alcalá ex profeso) y de llegar a la fase clínica, el gel o microbicida sería el primero frente al VIH de estas características en España. En el resto de la comunidad investigadora, solo hay un equipo científico australiano que está trabajando en esta misma línea de trabajo y que ha llegado a la fase 3 de los ensayos clínicos. Si se comercializara, los investigadores consideran que tendría un impacto muy importante en los niveles de contagio de la enfermedad. «Si el 20% de las mujeres lo usasen, descenderían los nuevos casos en 2,5 millones al año», apuntó la doctora. Este producto, que puede tener uncoste de entre uno y dos dólares según un informe de la Fundación Rockefeller, sería una herramienta fundamental paraparar el sida en África, donde se ha convertido en una verdadera pandemia para el género femenino. «Pero hay que esperar. Muchos experimentos que funcionan en ratones luego no tienen el mismo resultado en las pruebas con humanos», señaló Muñoz.http://www.iberonat.com
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