Investigadores de la Universidad de Minnesota (EEUU) han realizado un trasplante de médula a partir de sangre de cordón umbilical a un niño de 12 años con la doble intención de curarle la leucemia y el virus del VIH. Hasta al menos dentro de 100 días no sabrán si el procedimiento ha tenido éxito. El camino elegido para él es el mismo que ya se usó en 2006 en Alemania para tratar al estadounidense Timothy Brown, un paciente seropositivo a quien se le diagnosticó una leucemia.
En ambos casos, los médicos han buscado un donante no sólo compatible para poder repoblar la médula ósea del receptor y tratar de eliminar así la leucemia; sino que además han buscado un donante con una rara mutación (CCR5), que apenas porta un 1% de la población y que impide que el VIH infecte las células del organismo.
A diferencia de lo ocurrido con Brown, en este caso de Minnesota, los investigadores trasplantaron al pequeño con leucemia una unidad de sangre de cordón umbilical: compatible con el pequeño y, además, portadora de la mutación protectora. La ventaja del cordón umbilical frente al trasplante de médula tradicional es que se requieremenor nivel de compatibilidadentre donante y receptor para que el injerto tenga éxito y, además, el riesgo de rechazo posterior es inferior.
El procedimiento ha sido llevado a cabo por John Wagner, pionero en el uso de las células madre del cordón umbilical para tratar leucemias y otras enfermedades de la sangre. Sin embargo, como el propio equipo reconoce en un comunicado divulgado por la universidad, aún es pronto para saber cuál será el resultado.
Si las células del cordón (donadas por el centro MD Anderson de Houston) se comportan como en el caso de Brown, lo esperable sería que el niño se recuperase con éxito de la leucemia y, además, su nueva médula ósea permitiese eliminar también la infección por VIH. De momento, habrá que esperar al menos 100 días para ver el resultado, un tiempo durante el que la familia del pequeño ha optado por permanecer en el anonimato hasta conocer su evolución.
Con antirretrovirales de momento
Los pocos datos que han trascendido indican que se trata de un menor de 12 años que nació infectado por el virus del sida y a quien, hace unos meses, se le diagnosticó una leucemia linfoblástica aguda, una enfermedad poco frecuente pero no extraña en pacientes seropositivos.
Después de someterse a varias sesiones de radioterapia y quimioterapia para eliminar completamente las células cancerosas de su médula, el niño recibió este martes el trasplante de cordón umbilical. De momento permanece en una unidad de aislamiento (como es habitual en estos casos), y sigue con tratamiento antirretroviral. Sólo si las pruebas demuestran que la mutación CCR5 ha repoblado completamente su organismo, los médicos que le tratan se atreverán a suspender la medicación. Si durante un tiempo el virus fuese indetectable en su organismo, se atreverían a hablar de un nuevo caso de cura funcional del VIH.
Desde que el caso de Tim Brown conmocionase a la comunidad científica por la demostración real de que era posible eliminar el virus del VIH de un individuo, muchos laboratorios de todo el mundo han puesto su foco en esta mutación protectora, CCR5. En este sentido, Wagner ha instado a todos los bancos de cordón umbilical del mundo a analizar sus muestras en busca de todas aquellas que puedan ser portadoras de esta rara mutación.
De hecho, según sus propias palabras, incluso en el caso de que este tratamiento sea exitoso para este niño, este camino no está aún listo para ser usado de manera generalizada en todos los pacientes con VIH. Si encontrar un donante de médula (o incluso de cordón) no resulta siempre fácil para los pacientes que lo necesitan, que ese material compatible sea además CCR5 es harto complicado. Aunque sí añade: "si esta estrategia tiene éxito, esto obligará a la comunidad científica a buscar estrategias más seguras y sencillas que el trasplante, como la inducción de esta variante genética en las propias células madre del paciente".
Además, de Brown, dos pacientes de Massachusetts se han sometido a este mismo procedimiento, aunque a diferencia del 'paciente Berlín', sus médicos no les han retirado aún la medicación. En Mississippi, el caso de un bebé curado también recibe toda la atención de la comunidad científica, aunque por otra vía distinta: un tratamiento intensivo a las primeras horas de nacer (y luego interrumpido) podría haber hecho desaparecer el VIH de su organismo. Todos estos casos, insisten los especialistas, son excepcionales, aunque interesantes para que la ciencia gane algún día la batalla al VIH.
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