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jueves, 2 de mayo de 2013

Realizan un trasplante de cordón para intentar curar a un niño con VIH


Investigadores de la Universidad de Minnesota (EEUU) han realizado un trasplante de médula a partir de sangre de cordón umbilical a un niño de 12 años con la doble intención de curarle la leucemia y el virus del VIH. Hasta al menos dentro de 100 días no sabrán si el procedimiento ha tenido éxito. El camino elegido para él es el mismo que ya se usó en 2006 en Alemania para tratar al estadounidense Timothy Brown, un paciente seropositivo a quien se le diagnosticó una leucemia.
En ambos casos, los médicos han buscado un donante no sólo compatible para poder repoblar la médula ósea del receptor y tratar de eliminar así la leucemia; sino que además han buscado un donante con una rara mutación (CCR5), que apenas porta un 1% de la población y que impide que el VIH infecte las células del organismo.
El doctor John Wagner.| EM
El doctor John Wagner.| EM
A diferencia de lo ocurrido con Brown, en este caso de Minnesota, los investigadores trasplantaron al pequeño con leucemia una unidad de sangre de cordón umbilical: compatible con el pequeño y, además, portadora de la mutación protectora. La ventaja del cordón umbilical frente al trasplante de médula tradicional es que se requieremenor nivel de compatibilidadentre donante y receptor para que el injerto tenga éxito y, además, el riesgo de rechazo posterior es inferior.
El procedimiento ha sido llevado a cabo por John Wagner, pionero en el uso de las células madre del cordón umbilical para tratar leucemias y otras enfermedades de la sangre. Sin embargo, como el propio equipo reconoce en un comunicado divulgado por la universidad, aún es pronto para saber cuál será el resultado.
Si las células del cordón (donadas por el centro MD Anderson de Houston) se comportan como en el caso de Brown, lo esperable sería que el niño se recuperase con éxito de la leucemia y, además, su nueva médula ósea permitiese eliminar también la infección por VIH. De momento, habrá que esperar al menos 100 días para ver el resultado, un tiempo durante el que la familia del pequeño ha optado por permanecer en el anonimato hasta conocer su evolución.

Con antirretrovirales de momento

Los pocos datos que han trascendido indican que se trata de un menor de 12 años que nació infectado por el virus del sida y a quien, hace unos meses, se le diagnosticó una leucemia linfoblástica aguda, una enfermedad poco frecuente pero no extraña en pacientes seropositivos.
Después de someterse a varias sesiones de radioterapia y quimioterapia para eliminar completamente las células cancerosas de su médula, el niño recibió este martes el trasplante de cordón umbilical. De momento permanece en una unidad de aislamiento (como es habitual en estos casos), y sigue con tratamiento antirretroviral. Sólo si las pruebas demuestran que la mutación CCR5 ha repoblado completamente su organismo, los médicos que le tratan se atreverán a suspender la medicación. Si durante un tiempo el virus fuese indetectable en su organismo, se atreverían a hablar de un nuevo caso de cura funcional del VIH.
Desde que el caso de Tim Brown conmocionase a la comunidad científica por la demostración real de que era posible eliminar el virus del VIH de un individuo, muchos laboratorios de todo el mundo han puesto su foco en esta mutación protectora, CCR5. En este sentido, Wagner ha instado a todos los bancos de cordón umbilical del mundo a analizar sus muestras en busca de todas aquellas que puedan ser portadoras de esta rara mutación.
De hecho, según sus propias palabras, incluso en el caso de que este tratamiento sea exitoso para este niño, este camino no está aún listo para ser usado de manera generalizada en todos los pacientes con VIH. Si encontrar un donante de médula (o incluso de cordón) no resulta siempre fácil para los pacientes que lo necesitan, que ese material compatible sea además CCR5 es harto complicado. Aunque sí añade: "si esta estrategia tiene éxito, esto obligará a la comunidad científica a buscar estrategias más seguras y sencillas que el trasplante, como la inducción de esta variante genética en las propias células madre del paciente".
Además, de Brown, dos pacientes de Massachusetts se han sometido a este mismo procedimiento, aunque a diferencia del 'paciente Berlín', sus médicos no les han retirado aún la medicación. En Mississippi, el caso de un bebé curado también recibe toda la atención de la comunidad científica, aunque por otra vía distinta: un tratamiento intensivo a las primeras horas de nacer (y luego interrumpido) podría haber hecho desaparecer el VIH de su organismo. Todos estos casos, insisten los especialistas, son excepcionales, aunque interesantes para que la ciencia gane algún día la batalla al VIH.

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lunes, 9 de julio de 2012

Sospecha de meningitis de un niño de 9 años

Caso sospechoso de meningitis de un niño de 9 años en Turín. El pequeño hospital Regina Margherita en Turín hospitalizado desde el domingo por la noche era un invitado en una casa de vacaciones en Cesenatico, 22 de junio al 6 de julio, junto con otros niños sus compañeros de escuela en Turín. '' Se hace conocer la AUSL de Cesena, lo que indica que el mensaje ha llegado a Turín ASL 3, que se sometió inmediatamente a la profilaxis con antibióticos para todos los niños y Turín que acompaña al grupo de regresar de unas vacaciones.http://www.iberonat.com

lunes, 25 de junio de 2012

Niño en estado vegetativo después de una operación, el hospital le pagará una renta vitalicia



El Instituto de Pediatría "Burlo Garofalo" de Trieste pagará un "salario" mensual a un niño permanecía en un estado vegetativo permanente después de ser sometido a la cirugía. La sentencia fue dictada por el Tribunal Civil de la capital de Julián, a quien los padres de la pequeña y se han vuelto negativos después de la operación, que tuvo lugar en 2007. El niño, que era un año y medio, que sufre de 'El absceso retrofaríngeo' - una acumulación de pus en la parte posterior de la garganta -, pero al final de la operación habría sido un error cometido por el anestesista, que detuvo el flujo de sanguíneo al cerebro. La anualidad - 1.500 euros al mes - activa cuando el niño va a ser de 25 años, como una "moral" y por la duración de la vida, la imposibilidad de encontrar trabajo para mantenerse. El daño moral se valoró en 2,5 millones de euros en favor de los padres. 
"Es 's la primera vez que un juez decida despedir a una renta vitalicia para la incapacidad futura de trabajar. La familia ha luchado para que la verdad, y esto es más importante que el dinero ", dice el abogado Mateo Mion, los padres legales del niño. La sentencia de la Corte de Distrito de Trieste fue presentada el 29 de mayo del año pasado y se notificará a la familia - que viven en Friuli - a principios de junio. "Es un juicio ilustrado - añade Mion - no tanto por los daños y perjuicios, pero la decisión del juez sobre la renta, aunque sea para calmar una situación trágica. Y "uno de los peores casos que tenemos él y uno de la compensación más alta, pero está por encima de - termina - la abolición total de". La buena salud 'de una persona "

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domingo, 3 de junio de 2012

Le quitan su hija por un falso positivo de VIH-SIDA

La Cámara de Apelaciones de Puerto Madryn confirmó una condena a la Asociación de Obras Sociales y a una médica que deberán pagarle 15 mil pesos más intereses a la paciente M.J.R. por daño moral. La mujer amamantaba a su recién nacida cuando la doctora condenada se la sacó de los brazos mientras le gritaba que le habían detectado SIDA y que podía infectar a la bebé. Todo con la puerta de la habitación abierta y otras personas escuchando en la clínica. Luego se confirmó que la madre no tenía el virus: fue un "falso positivo".

La mujer controló su embarazo en el Hospital Subzonal de Puerto Madryn y el 29 de abril de 2006 ingresó en la Clínica Santa María. Ese día nació su hija. La tarde del 30 de abril, mientras amamantaba, entró a la habitación la doctora E. D., médica de guardia de tocoginecología. Según otra paciente de la misma habitación, sin el menor miramiento le dijo "a cuatro voces y de mala forma" que "le venían a sacar a la nena porque ella tenía SIDA". 

No le dio más información y echó la culpa del contagio a los tatuajes de la madre. "Tales expresiones con la puerta de la habitación abierta, siendo escuchadas bien clarito desde afuera". 

La paciente rompió en llanto y aseguró que en otros análisis jamás había tenido VIH positivo. Para la testigo "fue un momento incómodo". Había gente en la clínica y todos claramente escucharon los gritos de la doctora.

A la madre le habían realizado exámenes que arrojaron VIH "en proceso". Si hay sospecha de infección lo indicado es que no amamante hasta un diagnóstico definitivo para no contagiar al bebé. 

Cuando la médica E. D. conoció el resultado debía pedirle que suprima la lactancia. Pero su conducta "resulta reprochable" por cómo informó el posible diagnóstico. "Su accionar fue brusco y no considerado ya que debía informar a la paciente las sospechas de serología positiva. Tal actitud es reprobable a la luz de la ética y no obró con diligencia, atento la particular situación, por lo que debió comunicar en la intimidad el resultado provisorio de las pruebas de sangre para causar el menor impacto psicológico en la paciente, aclarando que se debía aguardar una confirmación y las medidas eran preventivas".

La madre padeció durante dos días "sensación de angustia, padecimientos, asombro e impotencia, zozobra, incertidumbre y desesperación no sólo en el propio futuro y el de su hija, la proyección en su vida, los futuros tratamientos y serio riesgo de vida". La justicia también consideró su edad, el primer parto y "las ilusiones derivadas del nacimiento de su hija y desencanto posterior".

El fallo del camarista Mario Vivas refiere "los innegables padecimientos que atravesó por la noticia, el asombro e impotencia" durante los días que esperó el resultado definitivo. Para los jueces, la condenada no le dio a la flamante madre "información veraz ni completa".

En realidad, a la mujer le habían practicado un test rápido de diagnóstico de HIV y ese resultado fue el que escuchó a los gritos. Se trata del método ELISA, un examen no definitivo: se usa para situaciones donde es urgente decidir para evitar el contagio, por ejemplo, en mujeres que amamantan. Pero exige un análisis confirmatorio ya que puede dar resultados positivos sin el virus en la sangre. Por la gravedad del caso la médica no podía ignorar que hay una extensa lista de causas posibles de "falsos positivos". Cuando a la madre le realizan el análisis final resultó una falsa alarma. No tenía SIDA. 

Obligados a informar bien

Según la jurisprudencia del fallo, los médicos están obligados a respetar el derecho del paciente a ser bien informados sobre el tratamiento a efectuarle. Si no, son responsables por el posible daño. "No se pretende que la médica hubiese dado a la paciente una clase magistral de diagnóstico de HIV, sólo que la hubiese informado de de la posibilidad del falso positivo". 

"La información debe ser dada sin tremendismos pero también si superficialidades. No todos tienen el temperamento para contener a personas en situaciones límite, aunque quien se dedica profesionalmente a una actividad que suele ponerlo frente a tales situaciones, habrá de buscar los mecanismos para afrontarlas si bien no con la humanidad que sería deseable, por lo menos con solvencia técnica", añade el fallo. 

Para la justicia madrynense -que también condenó a dos aseguradoras- la conducta de la médica alarmó a la paciente y creó un "ambiente hostil" que pudo evitar "de haber obrado con cuidado y previsión. La información que brindó fue parcial, alarmista, defectuosa y conjetural". 

La doctora E. D. especuló con las posibles causas del contagio al mencionar los tatuajes de la madre, "afirmación descalificable ya que ninguna corroboración científica hizo para arribar a ese resultado". Hubo "defecto en el contenido de la información" y "exceso en el modo de brindarla: publicó la situación de la paciente frente a terceros, exponiéndola a una dolorosa experiencia". 

Según el juez Fiordelisi, "no tengo ninguna duda de que la conducta de la médica estuvo muy lejos de cumplir con los obligaciones en su relación con la paciente". 

Debió actuar "con mucho tacto y prudencia" para dar la información a la madre, explicarle que el diagnóstico no era definitivo y que por precaución y para evitar contagio a la beba debía interrumpir la teta. 

En cambio, "llegó a informarle que era portadora de SIDA y que se debía a los tatuajes que tenía en su cuerpo, una afirmación carente de todo asidero, fundamento y certeza científica".
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