cultivar un huerto orgánico puede producir cambios
fisiológicos para mejorar su salud física y mental, una serie de estudios
sugieren. Uno
de esos cambios pueden tener lugar como resultado del simple hecho de poner las
manos en el suelo. Un estudio realizado por investigadores de la Universidad
de Bristol, en Londres, encontró que el contacto con una especie de origen
natural de las bacterias del suelo, la Mycobacterium vaccae, hace que el cuerpo
libere sustancias químicas vitales inmune llamadas citoquinas. Estos, a su vez, estimular
el cerebro para producir el neurotransmisor serotonina. "Sabemos que algunas de estas
citoquinas pueden activar los nervios que transmiten las señales del cuerpo al
cerebro", dijo el investigador Chris Lowry. Este efecto puede explicar, en
parte, por qué las personas que no están expuestas a la suciedad en la niñez
tienen mayores tasas de alergias, asma y problemas de salud mentales, incluso
los adultos. A
pesar de lo que las compañías farmacéuticas quieren hacer creer, no hay
evidencia real de que la serotonina afecta el estado de ánimo directamente.
Sin embargo,
sin duda es un neurotransmisor esencial que parece estar relacionado con la
función inmune, y los resultados del estudio son altamente sugerentes.
"Estos
estudios nos ayudan a entender cómo el cuerpo se comunica con el cerebro y por
qué un sistema inmunológico saludable es importante para mantener la salud
mental" Lowry, dijo. "Ellos también nos deja pensando si no todos deben pasar
más tiempo jugando en la tierra."
Se vuelven adictos a Jardinería
En la investigación ajena, los científicos han descubierto
que el simple acto de recogida de fruta o verduras, ya sea de un jardín o en la
naturaleza, hace que el cerebro libere la "sustancia placentera" la dopamina,
que activa los centros de recompensa del cerebro. La dopamina también se libera de
ver, oler o comer una comida agradable. De hecho, la dopamina juega un
papel en todas las experiencias placenteras y se cree que es responsable de gran
parte del componente físico de las conductas adictivas, incluyendo la compra
compulsiva. Los investigadores creen que nuestro cerebro evolucionó
para recompensar las conductas importantes como la búsqueda de alimentos, y que
nuestro ambiente moderno de la abundancia ha permitido que estos mecanismos
psicológicos de ser co-optado en los patrones no saludables. "A menudo he observado en la gran
alegría que siento cuando que se alimentan en el jardín, sobre todo cuando
descubro y cosechar el "primero de la temporada ', la primera de fresa deliciosa
para madurar o la aparición del brote tierno de espárragos primero", comentó el
escritor Francisco de Robyn permaculture.com. "También he preguntado a menudo
por qué tenía un grado de inmunidad inherente a la venta al por menor de terapia
insta a que afligen a algunos de mis amigos y conocidos. Tal vez como jardinero
a largo plazo que he estado recibiendo una constante la carga de base de alta la
dopamina, que tiene reduce la necesidad de buscar otras maneras de aplacar ese
instinto primitivo. " "Supongo que el truco consiste en volver a cablear el
cerebro a anhelar el éxito de la dopamina desde el jardín y otras actividades
más sostenibles y actividades", agregó Para aquellos interesados en la
terapia del jardín, vale la pena destacar un estudio de 2008 sugirió que la
jardinería con herbicidas no puede proveer los mismos beneficios. Como cuestión de hecho,
parece incluso comer los alimentos no orgánicos puede colocar a su estado de
ánimo en situación de riesgo. Los investigadores encontraron que
el glifosato, el ingrediente activo en el herbicida Roundup popular, en realidad
reduce los niveles de su cuerpo de la serotonina y la dopamina. Debido a Roundup y sus componentes se acumulan en el medio
ambiente e incluso puede ser absorbido por la piel, también es mejor evitar los
no orgánicos, en particular las probabilidades de ser diseñados para resistir el
Roundup, tales como el maíz y la soja.