Otra vez el IDAAN y su planta potabilizadora de Chilibre ponen a los capitalinos —más de un millón de personas— al borde del caos. Los problemas de suministro del llamado líquido vital en casi todos los sectores que se surten del agua procedente del lago Alajuela, que muchos creían superados tras la crisis de diciembre pasado, vuelven a ser noticia.
Once meses después revivieron las escenas de la compra masiva de agua embotellada tras el anuncio ‘oficial’ de las autoridades sobre las altas concentraciones de turbiedad del agua de grifo, que puede devenir en trastornos de salud como diarrea y vómito, ‘entre otros síntomas’. Al cierre de esta edición, no había una respuesta puntual del Gobierno sobre la normalización de un servicio tan sensitivo.
Y es precisamente sobre esta sensitividad que se manifestaron expertos en tema de seguridad sobre los peligros de ingobernabilidad que generan estas crisis.
Rubén Darío Paredes, excomandante de la desaparecida Guardia Nacional, estima que la solución al problema de Chilibre debería enfocarse en lograr otra potabilizadora al este de la capital, como Bayano, mientras otros opinan que despedir a Abdiel Cano no resuelve el problema.
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