La histeria por los pepinos contaminados con la bacteria 'escherichia coli' se mantiene en Alemania tras cobrarse ya la vida de seis personas, y en otros cuatro países europeos, donde ha infectado a más de un millar de consumidores. Esta situación ha provocado además la paralización de la actividad del sector hortofrutícola andaluz, una vez que las autoridades teutonas y europeas señalaran el pasado jueves directamente a esta comunidad y a dos empresas comercializadoras, una malagueña y otra almeriense, como posibles causantes de la epidemia.
Esta versión dio ayer un giro al reconocer la Comisión Europea que la contaminación de estas hortalizas «no tuvo por qué producirse en el origen, en el campo de Andalucía, como apuntan las autoridades germanas», sino también en algún punto de la ruta que siguieron estos productos en su tránsito por Europa. «Pudo producirse durante el transporte o en la distribución a tiendas en la propia Alemania», aseguró el portavoz de Sanidad y Consumo del Ejecutivo comunitario, Fréderic Vincent. «Tanto da que la contaminación se produjese en origen o en destino. Lo importante es que se ha producido un brote y hay que averiguar la causa», añadió para justificar de esta forma que la Comisión insista en reclamar a las autoridades españolas «que lo verifiquen lo más rápidamente posible».
Bruselas recordó que se está investigando también otros posibles orígenes del brote. En este sentido, se está analizando una tercera partida de pepinos originarios de Holanda o Dinamarca y distribuidos en el mercado alemán.
Malestar en Andalucía
El responsable comercial de la firma Frunet, con sede en Algarrobo, Antonio Javier López, confirmó ayer que los análisis que han realizado sus técnicos e inspectores han dado negativo en todas las muestras tomadas en sus instalaciones, y lamentó los perjuicios que esta situación está ocasionando a su empresa y a otras del sector hortofrutícola. «Nos han cancelado todos los pedidos, no sólo con Alemania, sino con el resto de países europeos», lamentó.
El responsable de Frunet exigió además a las autoridades sanitarias que agilicen «al máximo» las pruebas para localizar el origen del foco bacteriano. «Nosotros sólo enviamos un palé con 900 kilos, y nuestro cliente nos dijo que se cayó parte de la carga en el mercado de Hamburgo. Además, el primer caso conocido en Alemania saltó el día 14 de mayo, y nuestra mercancía llegó el día 15», consideró López. Fuentes de la Delegación de Salud aseguraron que los análisis de las muestras tomadas en Frunet no se conocerán, como muy pronto, hasta hoy.
La alarma desatada en Alemania no sólo ha afectado a los pepinos, sino a todos los productos procedentes del agro español, sobre todo el andaluz. Por ello, la consejera de Agricultura de esta comunidad, Clara Aguilera, arremetió ayer con dureza contra las autoridades germanas, a las que calificó de «irresponsables» por decretar una «precipitada» alerta sanitaria cuando existe poca constancia de datos».
Aguilera dejó claro que la Junta de Andalucía investiga activamente el suceso. «Hemos inmovilizado el lote localizado en la firma malagueña, pero tenemos dificultad con la almeriense para identificar el lote porque no coinciden los datos de salida con los que nos envían de Alemania. Por lo tanto, no hay todavía demasiada claridad en todo este asunto», advirtió. «Quiero destacar que el sistema de autocontrol que tiene establecida la empresa de Algarrobo (en Málaga) da negativo en la 'Escherichia coli'», añadió.
La consejera aseguró, en línea con la última hipótesis lanzada desde la Comisión Europea, que la infección por la bacteria se puede producir «en el origen, en el transporte o en el destino por la manipulación en cualquier de estas fases», dejó en el aire.
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