viernes, 24 de junio de 2011

Educación responsabiliza a los padres de la obesidad infantil

La Consejería de Educación lo tiene claro: los padres y las familias son los principales responsables de la obesidad infantil y la calidad de los menús escolares está fuera de toda duda. Fue la respuesta que ayer ofreció el departamento del Gobierno cántabro a las críticas recibidas desde la comunidad educativa del Colegio Cisneros, que ha optado por implantar en el centro el catering de Ampros elaborado «con productos cántabros y frescos».

En su respuesta, la Consejería fue contundente: el comedor escolar tiene que ser «una base» de aprendizaje de comportamientos y hábitos alimentarios que «debe continuar en las familias». «De nada sirve», explicó, que se dé a los alumnos «productos frescos» en el comedor escolar si luego los padres les dan bollería industrial para desayunar, no les incluyen varias piezas de fruta diariamente, les dan pasta de cacao para merendar y una «pizza congelada» para cenar, «todo ello acompañado de bebidas azucaradas y chucherías varias».

Todo ello le ha valido a Educación para calificar de «alarmistas» las dudas expresadas por la dirección y los padres de alumnos del Colegio Cisneros sobre la calidad y el origen de los alimentos de las empresas de catering, por considerarlas «infundadas».

Los padres, responsables

El Gobierno también se revuelve contra las denuncias de que en los menús escolares que dependen de la Consejería se abuse de productos precocinados, asegurando que en los pliegos de contratación figura que «como máximo se ofertarán una vez cada quince días. Luego –añade– si se estaban dando más días, será porque por parte del colegio no ha existido una vigilancia de los menús establecidos».

También se ha criticado desde esta comunidad escolar que los menús que ofrecen las empresas que trabajan con la Consejería de Educación, para surtir a los comedores escolares, «no se armonizan con las nuevas leyes sobre alimentación infantil, por ejemplo, contra la obesidad».

En este capítulo, Educación responde a las familias que «es una afirmación fuera de lugar, sin conocimiento de la legislación aplicable, y a todas luces inconsistente. Hay que tener en cuenta que la comida del comedor escolar es una de las cinco que un alumno en edad escolar debe hacer diariamente y que aporta entre un 30-35% de la energía total de las necesidades diarias. Si a esto añadimos que el comedor escolar se presta unos 145 días anualmente, representa menos del 15% de las necesidades energéticas que un alumno tiene al año. ¿Realmente este 15% es responsable de la obesidad, o hay que mirar en las familias, ausencia de deporte, sedentarismo, etcétera, que se da en la sociedad actual?», se pregunta desde la Consejería.

Productos homologados

En cuanto a la procedencia de los alimentos que se ofrecen a los alumnos en los colegios, Educación asegura que la mayoría de las empresas contratadas «elaboran sus comidas en centros de producción de Cantabria y compran su materia prima a proveedores homologados de la región y son los mismos alimentos que se distribuyen en el resto de la restauración».

Lanza un torpedo sobre la línea de flotación del Colegio Cisneros, de donde han partido las críticas y denuncias, explicando que, periódicamente, envía encuestas para saber el nivel de satisfacción de los centros. «Pues bien, la calificación global del servicio realizada por los centros con comedor, ha sido de 7,5 puntos sobre 10. El propio colegio Cisneros valoró con un 9 la variedad de los menús de la empresa actualmente contratada este curso y con un 8 a la del año pasado», concluye el Ejecutivo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario