lunes, 4 de junio de 2012

EL PELIGRO DE LOS TRANSGENICOS YA TIENEN EVIDENCIAS CIENTIFICAS


El año pasado en distintos zonas de EEUU, se dio a conocer la noticia de que una plaga que ataca la raíz del maíz, ha desarrollado resistencia al gen que supuestamente lo mataría. Esta plaga no sólo atacó la raíz sino también varias partes diferentes de la planta en cultivos de maíz genéticamente modificados.
A principios de marzo de este año, un grupo de científicos envió una carta a la Agencia de Protección Ambiental (EPA) de los EEUU, instando a los agricultores a que pararan de sembrar maíz transgénico con determinados genes de resistencia porque no los protegerá de la larva que ataca la raíz del maíz (Diabrótica speciosa).
En la carta dirigida a la EPA de los EEUU 22 de los principales expertos en maíz del país exponen algunas de las implicancias profundas que este descubrimiento pueda tener.
Con el fin de retrasar o prevenir la propagación de la resistencia, los científicos solicitan cambios importantes en la forma en que las empresas de biotecnología, los distribuidores de semillas y agricultores manejan estas semillas, y además instan a la EPA a actuar "con urgencia."
El planteamiento que se ha expuesto en esta carta, de hecho, va más allá de lo que la EPA es capaz de hacer bajo la ley actual. Por ejemplo, los investigadores quieren que las empresas de semillas detengan la inserción del gen contra la larva de la raíz de maíz en las semillas.
Según la carta, los agricultores "a menudo tienen pocas opciones" al momento de elegir semillas - incluso en algunas zonas del país en la que la larva de la raíz no representa un problema grave.
Por otro lado los científicos argumentan que cuando los agricultores siembran híbridos que contienen el mismo gen, año tras año, aumenta considerablemente las posibilidades de que este gen se convierta rápidamente en inservible, porque los insectos se vuelven resistentes a ellos, que es finalmente lo que está sucediendo.
Los investigadores hacen un llamado a los agricultores en algunas partes del país a detener la siembra del maíz transgénico con la proteína Cry3Bb1 que era la que supuestamente confería la protección de la larva de la raíz del maíz.
Hasta ahora, los investigadores han encontrado insectos que son resistentes a sólo uno de los tres diferentes genes anti larva de la raíz que se encuentran actualmente en el mercado.
Nuevos híbridos de maíz que combinan dos genes diferentes contra la larva de la raíz ya están a la venta. En teoría, si las toxinas producidas por estos genes eliminan la larva de la raíz de diferentes maneras, esta acumulación de genes debería de reducir drásticamente las posibilidades de que los insectos desarrollen resistencia. Así que la EPA está permitiendo a los cultivadores de maíz plantar un nuevo tipo de maíz transgénico llamado "SmartStax.
Sin embargo, muchos científicos piensan que esto es un grave error. Se han recogido datos que demuestran que dos o más genes trabajando juntos, son realmente más eficaces que un solo gen, pero la combinación no es tan eficaz como se esperaba. Además, el maíz "SmartStax" se ha sembrado en áreas donde ya algunos insectos son resistentes a uno de los genes.
Uno de los científicos de la Universidad de Minnesota dice que frente a este nuevo maíz, "Se plantea interrogantes acerca de la estabilidad de este castillo de naipes”.
Impactos causados por el maíz transgénico “protegido” de la larva de la raíz del maíz
- Los agricultores que han elegido sembrar maíz transgénico se encuentran atrapados en un espiral que no termina. Ahora siembran maíces con varios genes de resistencia, con consecuencias que aún se desconoce su magnitud.
- Por otro lado, si la “biotecnología no funciona” tampoco tienen posibilidad de volver atrás, las semillas convencionales que se encuentran en el mercado no son suficientes.
- Dado que el maíz transgénico resistente a la larva que ataca la raíz no funciona, y se insiste en el cultivo del mismo, se deberá hacer aplicando insecticidas, o sea mayor ganancia para las empresas dueñas de las semillas y de los agrotóxicos.
En Uruguay, el maíz de Monsanto 89034X88017 está autorizado para la realización de ensayos de investigación desde octubre del 2010, este maíz tiene resistencia a Lepidópteros, Coleópteros y tolerancia a glifosato, o sea varios genes apilados.
El MON 88017 con la proteína Cry3Bb1 que confiere supuestamente protección contra la larva que ataca la raíz del maíz (Diabrótica speciosa) es el maíz analizado por los científicos estadounidenses. Los cuestionamientos realizados por estos científicos, bien podrían servir como argumento para impedir más ensayos de investigación y en un futuro no autorizar este cultivo para la comercialización en nuestro país.
Claro está, que la tecnología de Monsanto apuesta a una dependencia mayor de insecticidas y de semillas, ambos producidos por esta compañía. Los productores uruguayos aun pueden elegir que desean cultivar, antes que sea demasiado tarde, y no pase lo que les está pasando con los agricultores estadounidenses que no tienen suficientes semillas donde elegir y se encuentran atados a seguir las reglas de Monsanto u otra compañía dueña de las semillas.

http://www.iberonat.com

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