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domingo, 3 de junio de 2012

Le quitan su hija por un falso positivo de VIH-SIDA

La Cámara de Apelaciones de Puerto Madryn confirmó una condena a la Asociación de Obras Sociales y a una médica que deberán pagarle 15 mil pesos más intereses a la paciente M.J.R. por daño moral. La mujer amamantaba a su recién nacida cuando la doctora condenada se la sacó de los brazos mientras le gritaba que le habían detectado SIDA y que podía infectar a la bebé. Todo con la puerta de la habitación abierta y otras personas escuchando en la clínica. Luego se confirmó que la madre no tenía el virus: fue un "falso positivo".

La mujer controló su embarazo en el Hospital Subzonal de Puerto Madryn y el 29 de abril de 2006 ingresó en la Clínica Santa María. Ese día nació su hija. La tarde del 30 de abril, mientras amamantaba, entró a la habitación la doctora E. D., médica de guardia de tocoginecología. Según otra paciente de la misma habitación, sin el menor miramiento le dijo "a cuatro voces y de mala forma" que "le venían a sacar a la nena porque ella tenía SIDA". 

No le dio más información y echó la culpa del contagio a los tatuajes de la madre. "Tales expresiones con la puerta de la habitación abierta, siendo escuchadas bien clarito desde afuera". 

La paciente rompió en llanto y aseguró que en otros análisis jamás había tenido VIH positivo. Para la testigo "fue un momento incómodo". Había gente en la clínica y todos claramente escucharon los gritos de la doctora.

A la madre le habían realizado exámenes que arrojaron VIH "en proceso". Si hay sospecha de infección lo indicado es que no amamante hasta un diagnóstico definitivo para no contagiar al bebé. 

Cuando la médica E. D. conoció el resultado debía pedirle que suprima la lactancia. Pero su conducta "resulta reprochable" por cómo informó el posible diagnóstico. "Su accionar fue brusco y no considerado ya que debía informar a la paciente las sospechas de serología positiva. Tal actitud es reprobable a la luz de la ética y no obró con diligencia, atento la particular situación, por lo que debió comunicar en la intimidad el resultado provisorio de las pruebas de sangre para causar el menor impacto psicológico en la paciente, aclarando que se debía aguardar una confirmación y las medidas eran preventivas".

La madre padeció durante dos días "sensación de angustia, padecimientos, asombro e impotencia, zozobra, incertidumbre y desesperación no sólo en el propio futuro y el de su hija, la proyección en su vida, los futuros tratamientos y serio riesgo de vida". La justicia también consideró su edad, el primer parto y "las ilusiones derivadas del nacimiento de su hija y desencanto posterior".

El fallo del camarista Mario Vivas refiere "los innegables padecimientos que atravesó por la noticia, el asombro e impotencia" durante los días que esperó el resultado definitivo. Para los jueces, la condenada no le dio a la flamante madre "información veraz ni completa".

En realidad, a la mujer le habían practicado un test rápido de diagnóstico de HIV y ese resultado fue el que escuchó a los gritos. Se trata del método ELISA, un examen no definitivo: se usa para situaciones donde es urgente decidir para evitar el contagio, por ejemplo, en mujeres que amamantan. Pero exige un análisis confirmatorio ya que puede dar resultados positivos sin el virus en la sangre. Por la gravedad del caso la médica no podía ignorar que hay una extensa lista de causas posibles de "falsos positivos". Cuando a la madre le realizan el análisis final resultó una falsa alarma. No tenía SIDA. 

Obligados a informar bien

Según la jurisprudencia del fallo, los médicos están obligados a respetar el derecho del paciente a ser bien informados sobre el tratamiento a efectuarle. Si no, son responsables por el posible daño. "No se pretende que la médica hubiese dado a la paciente una clase magistral de diagnóstico de HIV, sólo que la hubiese informado de de la posibilidad del falso positivo". 

"La información debe ser dada sin tremendismos pero también si superficialidades. No todos tienen el temperamento para contener a personas en situaciones límite, aunque quien se dedica profesionalmente a una actividad que suele ponerlo frente a tales situaciones, habrá de buscar los mecanismos para afrontarlas si bien no con la humanidad que sería deseable, por lo menos con solvencia técnica", añade el fallo. 

Para la justicia madrynense -que también condenó a dos aseguradoras- la conducta de la médica alarmó a la paciente y creó un "ambiente hostil" que pudo evitar "de haber obrado con cuidado y previsión. La información que brindó fue parcial, alarmista, defectuosa y conjetural". 

La doctora E. D. especuló con las posibles causas del contagio al mencionar los tatuajes de la madre, "afirmación descalificable ya que ninguna corroboración científica hizo para arribar a ese resultado". Hubo "defecto en el contenido de la información" y "exceso en el modo de brindarla: publicó la situación de la paciente frente a terceros, exponiéndola a una dolorosa experiencia". 

Según el juez Fiordelisi, "no tengo ninguna duda de que la conducta de la médica estuvo muy lejos de cumplir con los obligaciones en su relación con la paciente". 

Debió actuar "con mucho tacto y prudencia" para dar la información a la madre, explicarle que el diagnóstico no era definitivo y que por precaución y para evitar contagio a la beba debía interrumpir la teta. 

En cambio, "llegó a informarle que era portadora de SIDA y que se debía a los tatuajes que tenía en su cuerpo, una afirmación carente de todo asidero, fundamento y certeza científica".
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MADRES INFECTADAS CON EL VIH SIDA

Ser madre con VIH significa para muchas mujeres "dejar de pensar en que puedes morir para dar vida", algo que compensa con creces la soledad y la incomprensión que sufrieron en el momento de tomar esta decisión. 

Ana, una de estas madres valientes, que no quiere identificarse con su nombre completo, ha recordado, en una entrevista cómo a comienzos de la década de los noventa se recomendaba a las mujeres con sida no tener hijos. 

Actualmente, los nuevos tratamientos antirretrovirales ofrecen la posibilidad de tener descendencia sin apenas riesgo de transmisión y efectos secundarios pero lo cierto es que, como le ocurrió a ella, no es fácil encontrar a alguien que te apoye en esta aventura ante el temor de que la madre y el recién nacido tengan problemas de salud. 

"Cuando yo me quedé embarazada, en 2004, hacía diez años que tenía la infección y todo el mundo me dijo que mejor no me arriesgara", señaló. 

Relató que en su entorno muchos parecían preguntarle: "¿Cómo se te ocurre a ti estando enferma querer ser madre?". Aun así, Ana sabía que la decisión que tomara finalmente sería "algo personal" añadía. 

En su opinión, "una mujer que vive con VIH se puede sentir juzgada o incluso sentirse mal" y puso, como ejemplo, lo que le ocurrió cuando acudió a hacerse la prueba del embarazo. 

"Lo primero que me preguntaron es si el embarazo era deseado y contesté que sí; luego si tenía alguna enfermedad y también contesté que sí, que VIH, e inmediatamente me dijeron: 'pues puede abortar", recordó con tristeza. 

Ana se vinculó "estrechamente" a una ONG donde pudo contactar con otras mujeres que ya habían atravesado por esta experiencia, obtuvo información sobre los nuevos fármacos y sus posibles efectos secundarios y sobre cuántos niños nacían con sida en España. 

Supo entonces que la tasa de transmisión vertical en este país es menor a un 0,4% y que los antirretrovirales para mujeres embarazadas han demostrado "sobradamente su eficacia y seguridad". 

Pese a todo, no encontró "apoyo en ningún sitio" y sintió "incluso miedo" de traer un niño al mundo que pudiera estar infectado del virus. 

Una vez tomada la decisión, Ana cuenta con orgullo que "todo fue muy bien, perfecto". Durante los nueve meses del embarazo su carga viral fue indetectable y sus defensas se mantuvieron normales, su hijo es negativo y ningún de los dos sufrieron efectos secundarios. 

La historia de su vida tiene dos momentos importantes, uno trágico y otro feliz: en el que supo que estaba infectada de VIH y pensó que podía morir, y cuando dio a luz y descubrió que no solo vivía ella sino que además era capaz de dar vida . 

"Dejar de pensar en morir para pensar en dar vida ha sido el mayor milagro", enfatizó Ana, quien recomendó a aquellas mujeres con VIH que quieran tener descendencia que "no renuncien a este fuerte deseo". 

Les recomendó, no obstante, que soliciten información a su especialista de Medicina Interna para que sepan cuál es el momento adecuado según su estado de salud, sus defensas y su carga viral, añadió Ana. 

Además, comentó que en estos últimos años se han producido muchos avances médicos pero continúa faltando información, por lo que ha aconsejado a las interesadas que acudan al especialista y que hablen con otras mujeres que porten el virus. 

Es necesario, en su opinión, encontrar a personas que puedan apoyar emocionalmente a la mujer "porque es un momento de soledad". "Parece que nos tenemos que enfrentar solas al desconocimiento de muchos profesionales sanitarios, desde el médico de cabecera, a la matrona y a quien te hace la ecografía", lamentó. 

Se ha mostrado muy preocupada además por la decisión del Gobierno de retirar la tarjeta sanitaria a los inmigrantes en situación irregular, uno de los colectivos más afectados por el virus. 

"Dejar sin tratamiento a una persona a la que le es necesario para vivir me parece una vulneración de los derechos humanos: es terrible y no se puede permitir que pase esto", aseveró. 

Otra "asignatura pendiente" en España es la de la investigación, porque existe la necesidad de impulsar estudios en mujeres.
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sábado, 2 de junio de 2012

El VIH - SIDA TIPO II EN REPUBLICA DOMINICANA


Un equipo de investigadores de la Universidad Iberoamericana (Unibe) y el Instituto Dominicano de Estudios Virológicos, llevan a cabo una investigación entre grupos vulnerables al VIH/Sida en República Dominicana ante la sospecha de que en territorio dominicano circula el VIH tipo 2, una forma distinta del virus conocido hasta el momento que no responde a los tratamientos tradicionales de medicamentos antirretrovirales.
La sospecha surgió debido a que médicos que participan en el mismo han recibido pacientes positivos al virus del Sida que no responden a los medicamentos antirretrovirales de primera generación que reciben, y que tienen como características que presentan bajo niveles de unas células llamadas linfocitos T CD4 y altos niveles del virus en la sangre que son muy propias del VIH tipo 2 que fue aislado hace años en África.
Los detalles fueron ofrecidos por el especialista Robert Paulino, director de la investigación y profesor de Unibe, institución académica que patrocina el estudio que inició en noviembre pasado y tiene previsto concluir en julio de este año, con una población de alrededor de 800 muestras a estudiar, de las cuales se han evaluado la mitad, con resultados hasta el momento que le dicen que probablemente esté circulando.
Entrevistado por LISTÍN DIARIO, explicó que el estudio de detección y caracterización del VIH2 es de tamizaje y abarca a pacientes con VIH, usuarios de drogas, trabajadoras sexuales, hombres que tienen sexo con otros hombres y usuarios de drogas endovenosas.
Sistema sanitario
De comprobarse su circulación, señaló Paulino, sería de gran aporte al sistema sanitario porque implica tener una cepa de VIH resistente a los medicamentos de primera generación, por lo que se tendrían que modificar las opciones de terapias antirretrovirales, y dejaría claro que el virus ha traspasado las barreras. Para los pacientes, señaló, sería de gran beneficio porque recibirían el medicamento que realmente necesitan como opción de vida.
El VIH tipo 2 se quedó teóricamente aislado en África y tiene una procedencia muy parecida a los virus de Inmunodeficiencia del Simio, que en un momento evolutivo cambiaron y se adaptaron al ser humano, siendo VIH1 la primera causa de Sida alrededor del mundo. Señaló que hay países de Europa, de Estados Unidos y de Cuba que se ha detectado la presencia de la cepa 2.
La necesidad del estudio surge porque aparte del grupo de pacientes con las características citadas anteriormente, había otros con bajos niveles de CD4, que es lo que dice si el paciente va a desarrollar la enfermedad, y bajos niveles de virus en la sangre, además de unos que empezaban el tratamiento con retrovirales y no respondían adecuadamente a la primera opción. Dijo que trabajando con pacientes ya diagnosticados con VIH se dio cuenta de que existía una diferencia desde el punto de vista de la respuesta del sistema inmunológico. Recordó que la medición del CD4 es importante porque es lo que le indica si un paciente con VIH va a llegar a desarrollar la enfermedad, o sea, el Sida.
Recordó que el Instituto Dominicano de Estudios Virológicos, del cual es investigador, se fundó en 1993 y desde entonces ha estado trabajando en estudios clínicos sobre tratamientos para VIH y que hace un año Unibe abrió su decanato de Investigación que cuenta con 11 profesores investigadores y creó el fondo de Competitividad.

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