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martes, 5 de junio de 2012

Agencia Japonesa de Energía Atómica compara radioactividad a cólera en las mujeres



La Agencia Japonesa de Energía Atómica suprimió de susitio internet una página en la cual explicaba la diferencia entre las materias radioactivas, la radioactividad y las radiaciones comparándolas con una mujer encolerizada.

Un organismo gubernamental japonés que se dedica a la investigación
 sobre la energía nuclear pidió excusas el martes por haber comparado los fenómenos relativos a la radioactivdad con una mujer que se pelea con su esposo.
La Agencia Japonesa de Energía Atómica suprimió de su sitio internet una página en la cual explicaba la diferencia entre las materias radioactivas, la radioactividad y las radiaciones comparándolas con una mujer encolerizada.
A través de ilustraciones, la explicación consistía en decir que los alaridos femeninos podían ser comparados con las radiaciones, su estado de nerviosismo con la radioactividad, y la mujer enojada con un material radioactivo.
"Nosotros queremos pedir disculpas por haber ofendido a algunas personas", dijo un empleado, según la edición vespertina del diario Yomiuri Shimbun.
La población nipona es muy susceptible cuando se trata de la energía nuclear desde el terremoto y el tsunami del 11 de marzo de 2011 que provocaron el accidente atómico de Fukushima, que a su vez desencadenó la emisión de importantes vertidos de materias radioactivas en el medioambiente, creando gran angustia a nivel nacional. http://www.iberonat.com

lunes, 4 de junio de 2012

El holocausto del mar Fukushima

El atún rojo o de aleta azul se contaminó de la radiactividad que se filtró en la planta nuclear de Fukushima en Japón, cruzó el vasto Océano Pacífico y está llegando a las costas de Estados Unidos.
atunesradiactivos
Atún rojo o de aleta azul (Thunnus thynnus) pescados en California
El atún rojo o de aleta azul (Thunnus thynnus), uno de los más grandes y veloces, puede alcanzar los 3 metros y pesar más de 450 kilos. Desovan en el Japón y cruzan el Océano Pacífico Norte para llegar a las costas de California y la punta de la península de Baja California, México.

La investigación


Un equipo de científicos pertenecientes a la Universidad de Stanford, presentaron  un estudio internacional publicado en la revista Proceedings de la Academia de las Ciencias de Estados Unidos (PNAS), sobre contaminantes radioactivos de Cesio 134 y 137 en la superficie y aguas subsuperficiales, así como en el zooplancton y diferentes especies de peces, procedente de las centrales nucleares de Fukushima Dai-ichi, Japón.

Es la primera vez que se sabe que este enorme pez migratorio transporta radiactividad a esa distancia: 9 mil 656 kilómetros.

El área de estudio en el Océano Pacífico Norte abarcó una superficie de 150,000 km2.

patronesmigratorios
Especies migratorias / imagen Madigan

La contaminación se produjo debido a que las aguas utilizadas para enfriar los reactores, posteriormente se escaparon de los edificios y se derramaron directamente en la costa, produciendo su contaminación, alcanzando su punto máximo a principios de abril de 2011 en más de 50 millones de veces de los niveles que preexiste en el océano de Cs137.

Los autores del trabajo, pertenecientes a la Universidad de Stanford y a la Escuela de Ciencias Marinas y Atmosféricas de la Universidad Stony Brook (EEUU), analizaron 15 atunes pescados en agosto de 2011 ante la costa de California y compararon sus niveles de isótopos radiactivos con otros ejemplares capturados tres años antes. 

El resultado, según relatan los investigadores en el artículo, refleja de "manera inequívoca" que los atunes rojos están transportando partículas radiactivas-cesio 134 y cesio 137- que eran más altas que en capturas anteriores, superando en un 3% los niveles naturales, procedentes de Fukushima de un extremo a otro del océano Pacífico, dijo Ken Buesseler, de la Institución Oceanográfica Woods Hole, quien no participó en la investigación.

Los investigadores explicaron que los atunes pueden metabolizar y expulsar sustancias radiactivas, a medida que crecen y nadan de un lugar a otro, pero no pueden expulsarlas por completo y aclararon que “El cesio-134 detectado tiene una vida media de dos años”.

Para descartar la posibilidad de que la radiación fuera arrastrada por las corrientes oceánicas o depositada en el mar a través de la atmósfera, el equipo también analizó el atún aleta amarilla que se encuentra en el Pacífico oriental y el aleta azul que migró a las aguas frente al sur de California antes de la crisis nuclear, no  registrándose trazas de cesio134, por eso, "El estudio de este año contará con una muestra más amplia de peces, edades y tamaños" dijo el ecologista marino de la Universidad de Stanford, Dan Madigan.

Alimento


Según el equipo de investigadores de Stanford, liderado por Daniel Madigan, los valores medidos en los atunes están por debajo del límite de 100 becquereles por kilogramo de pescado establecido por el gobierno japonés. (Becquerel o bequerelio es una unidad de medida de actividad radiactiva del Sistema Internacional, de símbolo Bq, que equivale a la actividad de una fuente radiactiva en la que se produce una transformación o una desintegración nuclear por segundo).

El científico Marc-Oliver Aust, del Instituto de Ecología Pesquera de Hamburgo, afirmó que la carga de cesio medida en Estados Unidos no constituye un peligro para el ser humano.

El gobierno de Japón señaló que necesita más información antes de someter a debate el posible control internacional de productos radioactivos de pescado, tras el hallazgo de atún contaminado en la costa sur de California.

El Secretario jefe del Gabinete del gobierno nipón, Osamu Fujimura, declaró que el gobierno conducirá su propia supervisión mientras recaba información.

El señaló:"todavía no hemos revisado toda la investigación de este atún migrante encontrado en la costa sur de California. Al parecer tendremos que tratar el tema de la supervisión internacional de los suministros de productos de pescado pero necesitamos reunir más información antes de determinar cómo manejaremos el asunto".

Conclusión

Los científicos especulan que, “Otras especies migratorias como tortugas, tiburones y aves marinas también podrían haber asimilado iones radioactivos y transportarlos en sus tejidos a otras zonas del Pacífico Norte y Sur”. Aunque el contenido de iones depende de factores como la estrategia de alimentación y el momento de migración, los autores creen que deberían ser objeto de estudio.

http://www.iberonat.com