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martes, 5 de junio de 2012

LOS EXPERIMENTOS DE FUKUSHIMA


En la provincia de Fukushima, Japón, se probó exitosamente una tela que absorbe el cesio radiactivo contenido en el agua y el suelo. Los investigadores del Instituto de Ciencia Industrial de la Universidad de Tokio, son los responsables de este invento, que puede ser de gran utilidad para realizar tareas de descontaminación en zonas afectadas por la radiación.
El experimento se realizó en un poblado de Fukushima, donde se encuentra la central nuclear gravemente dañada por el terremoto del 11 de marzo de 2011, publicó el diario nipón `Mainichi Shimbun


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lunes, 4 de junio de 2012

El antes y el despues de Fukushima


En el mediano plazo habrá una fuerte competencia entre consumo de petróleo y eficiencia energética, es decir, el desarrollo de nuevas tecnologías en el uso de energía en países de la OCDE mientras economías emergentes consumirán más hidrocarburos.

Las empresas de energía tienen como prospectiva el desarrollo de recursos no convencionales como el shale gas, las aguas profundas y el fin del petróleo barato; por otro lado, los países desarrollados deberán bajar su consumo con la eficiencia y energías renovables.
La Estrategia Nacional de Energía de México se ha movido de lado a lado. Por ejemplo, en 2010 buscaba la desaparición de la energía nuclear después cambió el criterio y, la propuesta de 2012 tiene una tendencia al revés. Incluso, en su presentación, el secretario de Energía, Jordy Herrera, enfatizó la construcción de una nueva central nuclear en Laguna Verde.
En el mejor de los casos, las perspectivas para el mercado internacional son que las fuentes de energía derivadas de hidrocarburos, petróleo y gas natural, tendrán vigencia de al menos 40 años y compartirán escena con la energía nuclear y las renovables derivadas del viento y el sol.
"Hay un antes y un después de Fukushima y poco se puede hacer al respecto", dice Roger Tissot, experto del sector.
Tissot dice que la perspectiva de los gobiernos latinoamericanos es diferente a la de los países desarrollados porque mientras los primeros requieren más hidrocarburos, Norteamérica busca usarlos menos e invierte en energías verdes.
México en ese sentido tiene cierto liderazgo porque está a la mitad, es un gran consumidor y productor de aceite pero hace cambios en su matriz energética que serán notables en 30 años, comentó.
En el caso de México, y el mercado de América del Norte, la demanda de energía crecerá porque una expansión de la economía pero la mezcla de la matriz energética considera opciones amigables con el ambiente, en ese sentido mientras el uso del petróleo crecerá 0.7% entre 2010 y 2040, el del gas natural lo hará en 1.6%, según The Outlook for Energy: A View to 2040, un documento de ExxonMobil.
El carbón decrecerá, en el lapso, 0.2% y la energía nuclear crecerá a 2.2%, cifra menor a la estimada el año pasado 2.7%, la razón es que el accidente de Fukushima, en Japón, cambió la perspectiva.
El documento prevé que el consumo de biomasa crecerá 0.3%, la energía solar, eólica y de biocombustibles lo hará 6%, y la hidroeléctrica y geotérmica crecerán 1.6% en los próximos 30 años.
Tissot explica que lo que se necesita tener claro es que la transición energética es un proceso de largo plazo, porque aún hay temas que deberán ser resueltos por gobiernos, empresas y consumidores.
Y dentro de este proceso hay que tomar en cuenta de las nuevas fuentes de energía como es el caso del gas no convencional, gas de esquisto o Shale gas que ahora tiene de cabeza a toda la industria gasera porque modificó los patrones de Norteamérica y del resto del continente.

Atlas de energías verdes

México pertenece desde 2009 a la International Renewable Energy Agency o IRENA que es la organización líder para el desarrollo de este tipo de energías en el mundo. Esta organización tiene un acuerdo con la International Energy Agency para analizar programas del sector y su impacto global.
Ambas organizaciones tienen registrados al menos 18 diferentes programas o instituciones que trabajan en temas de eficiencia energética, entre los más destacados están los siguientes:
El Programa de Entrenamiento para especialistas en ahorro de energía, los trabajos del sello FIDE, el Programa de Hipoteca Verde que desarrolla Fonacot, los planes nacionales de energía y planes de depreciación acelerada para inversiones con beneficios ambientales.
Actualmente IRENA puso en marcha un nuevo proyecto que consiste en el desarrollo de un Atlas Mundial de la Energía Solar y Eólica, que busca combinar y ampliar las bases de datos existentes en todo el mundo en relación al potencial eólico y solar.
Con este atlas se obtendrá la información necesaria para guiar las inversiones en energías renovables en cada uno de los países miembros, en ese sentido, las ventajas de México por su tasa de radiación solar, que es de las más altas del mundo, y el potencial de energía eólica que se puede desarrollar en el Istmo de Tehuantepec en Oaxaca o en La Rumorosa en Baja California le abren una gran oportunidad de inversión.
El atlas integrará la información para los países que deseen desarrollar sus recursos renovables y servirá para planificar y desarrollar políticas a nivel nacional, que permitan atraer inversores.
Entre los países participantes de este nuevo proyecto están España, Alemania, Francia, India, México, Australia, Noruega, Emiratos Árabes, Reino Unido, Estados Unidos y Sudáfrica.
El atlas tendrá información como mapas de satélites, mapas ya desarrollados por los países y con los conocimientos de sus centros de investigación.
La cooperación internacional también servirá para el desarrollo de la metodología y normativa necesaria para el desarrollo del atlas.
Cuando se haya completado se podrá acceder de forma libre a los mapas, donde se incluirán modelos detallados que permitirán evaluar el potencial técnico para el desarrollo de la energía eólica y solar en cada uno de los países participantes en este mapa.

Plan

Participantes y nichos de inversión:
⇒ Entre los países participantes del proyecto están España, Alemania, Francia, India, México, Australia, Noruega, Emiratos Árabes, Reino Unido, EU y Sudáfrica.
El atlas de energías verdes integrará información para que los países desarrollen recursos renovables y atraigan inversores en energías solar y eólica.

La opción renovable

Potencializan inversión:
⇒ Los países del G-20 representaron el 95% de la inversión total en renovables.
⇒ En el transcurso del año 2011 se instalaron unos 83 Gigawatts de energías limpias, de ese monto 28 GW son solares.
⇒ A nivel mundial hay instalados 565 GW de energías limpias en todo el mundo.
⇒ Hay 27% más energías limpias a nivel mundial.
⇒ Para el año 2012, las estimaciones apuntan a que China recupere el liderazgo mundial, debido a la nueva planificación de generación interna de energías renovables, donde, por ejemplo, la capacidad a instalar de energía solar en el 2020 se incrementó desde los 20 GW originales a los 50 GW.
⇒ La Estrategia Nacional de Energía de México se ha movido de lado a lado.
⇒ Por ejemplo, en 2010 buscaba la desaparición de la energía nuclear después cambió el criterio, y la propuesta de 2012 tiene una tendencia al revés.
⇒ En México y el mercado de América del Norte la demanda de energía crecerá por una expansión de la economía.

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El Holocausto Nuclear de Fukushima cambia la alimentacion de los Japoneses


Antes del 11 de marzo de 2011, la vida de las amas de casa japonesas era sencilla. Obedeciendo a creencias ancladas, se limitaban a comprar productos locales y evitaban los importados de China, para estar completamente seguras de no intoxicar a su progenie. Sin embargo, el accidente nuclear de Fukushimaalteró los hábitos en este país apegado a la calidad de su arroz, su pescado y sus verduras y obsesionado con la seguridad alimentaria.
La fusión de combustible nuclear en tres reactores de la central de Fukushima Daiichi, devastada por el tsunami, dispersó partículas de cesio y otros elementos radiactivos en el aire y las aguas de la zona. Esas partículas se fijaron en los cultivos o fueron absorbidas por los animales y los peces. Cuando a su vez estos son tragados por un predador o mueren por otra razón, la radiactividad se mantiene. Y la contaminación se perpetúa en el conjunto de la cadena alimentaria.
Esto significó que las mercancías procedentes del noreste del archipiélago, donde se encuentra la central nuclear, quedaron excluidas de las compras cotidianas. Las otras son miradas con lupa. Pese a los controles y las garantías de los productores y de las autoridades, muchos japoneses desconfían de la contaminación radiactiva, de la que nadie conoce el alcance exacto, ya que es imposible controlar todos los alimentos ofrecidos en el mercado.
Ante esta situación, algunos no dudan en desembolsar miles de yenes (decenas de dólares) al salir del supermercado para medir la radiactividad de su cesta de la compra, un servicio que ofrecen algunas administraciones locales. Ciertas empresas privadas, como Bekumiru (que significa "ver los becquereles") proponen en libre servicio aparatos de medición de la radiactividad. En Kashiwa, una ciudad de los alrededores de Tokio situada a 200 km de la central y en la que se detectó una radiactividad anómala en ciertos puntos, los locales de esa empresa siempre están llenos y el teléfono no para de sonar. "La gente que vive aquí está especialmente inquieta", corrobora el director, Motohiro Takamatsu.
Las pruebas se hacen con cita previa. Los empleados tienen un mes de clases intensivas con expertos. "Los clientes vienen con verduras, un bol de arroz, agua o cualquier otro alimento. Ellos mismos hacen las mediciones, y les tranquiliza", cuenta Takamatsu. Basta colocar una muestra en un recipiente que luego se introduce en un aparato dotado de un captor y pulsar el botón "iniciar" de un instrumento parecido a una caja registradora. Veinte minutos más tarde, se muestra el resultado. Al lado de cada máquina, un documento indica los límites legales de becquereles por kilogramo para las verduras, los condimentos y demás alimentos corrientes.
"Mucha gente viene con arroz, pero también con agua o tierra", precisa Takamatsu.
Las máquinas han sido seleccionadas en base a criterios de fiabilidad y simplicidad de empleo. "Incluso un niño podría usarlas", presume el director de Bekumiru.
"Cultivo verduras en el patio de la escuela infantil, y como los niños podrían comérselas, vengo aquí regularmente para tranquilizar a los padres, que obviamente están inquietos", cuenta Ryotaka Iwasaki, quien efectúa su segunda visita. "Si no existiera este lugar estaría en apuros, ya que costaría muy caro confiar las pruebas a un organismo especializado".
"He venido a medir el arroz que cultivo. Después de las pruebas ha sido autorizado para la venta, pero prefiero verificarlo yo misma, para estar segura", confía la sexagenaria Mitsue Suzuki.
Bekumiru propone también en alquiler dosímetros que la gente puede emplear para medir la radiactividad en su jardín.
Con la esperanza de recuperar la confianza, un importante grupo japonés de gran distribución, Aeon, efectúa sus propios exámenes sobre la comida que vende. Según su director general adjunto, Yasuhide Chikazawa, la fijación de un "nivel a modo de umbral de seguridad" por parte de las autoridades no tiene sentido para los consumidores. "Sólo los productos que presentan una radiactividad muy débil, hasta el punto de ser indetectable, podrán rivalizar con sus homólogos extranjeros", afirma el directivo. La política de "tolerancia cero" de Aeon chocó de entrada con la oposición de los productores de las zonas contaminadas, explica Chikazawa. "Pero finalmente se han dado cuenta de que era la mejor manera de protegerlos", afirma.
Inmediatamente después del accidente nuclear de Fukushima, los límites legales de cesio radiactivo en los alimentos fueron elevados provisionalmente a 500 becquereles por kilogramo, tal y como estipulan las normas internacionales de emergencia. Así, productos que antes habrían sido descartados fueron temporalmente autorizados para la venta. El dispositivo excepcional fue levantado el 1º de abril. Desde entonces, el límite legal ha vuelto a su nivel anterior (100 becquereles de cesio radiactivo por kilogramo para los productos generales, 10 becquereles para un litro de agua y 50 para los alimentos destinados a niños pequeños). Pero la elevación temporal de los límites legales, entre tanto, alimentó la sospecha de que el gobierno se preocupaba más por los productores que por los consumidores.
Varios incidentes atizaron la desconfianza generalizada. Numerosos productos procedentes de la prefectura de Fukushima que presentaban niveles de radiactividad superiores a ese límite provisional fueron prohibidos para la venta. En particular se trataba de carne bovina, leche, champiñones, pescado y algunas verduras. Sin embargo, el arroz de la región, una de las principales productoras del país, fue en un primer momento declarado apto. Más adelante, los exámenes complementarios revelaron una contaminación excesiva en numerosos lotes, que finalmente fueron retirados del mercado.
La reducción desde el 1º de abril del nivel admisible vuelve además invendibles los cargamentos previamente autorizados, lo que obliga a las autoridades a comprar toneladas de arroz para destruirlas y evitar la ruina de los cultivadores. Los casos de fraude (en los que se cambió intencionadamente el origen indicado en los paquetes procedentes de Fukushima) amplificaron la desconfianza. El resultado ha sido que los consumidores se han alejado en su mayoría de los alimentos de los alrededores de la región contaminada. Sólo las personas mayores siguen comprando frutas y verduras cultivadas en Fukushima, por solidaridad con los campesinos y porque muchas consideran que a su edad ya apenas corren riesgos.
La reciente detección de zonas de fuerte radiactividad en varias ciudades de Japón crea otro tipo de pavor difícil de contener. En ciertos lugares, no obstante a decenas de kilómetros de la central siniestrada, la radiactividad alcanza varios microsieverts o decenas de microsieverts por hora, frente a menos de 0,20 en circunstancias normales. "El viento y la lluvia han transportado los elementos radiactivos. Esto depende de los lugares donde se hayan producido precipitaciones. Hay lugares relativamente cercanos que se han visto a salvo y otros que han resultado contaminados, pese a estar muy distantes de la central", explica el profesor Tatsuhiko Kodama, especialista de los efectos de la radiactividad.
Aunque las mediciones terrestres y aéreas efectuadas por las autoridades muestran las grandes zonas de contaminación, no revelan los "puntos calientes" muy localizados, en general detectados por particulares. Cada vez hay más japoneses que se dotan de dosímetros (como contadores Geiger), gracias al desarrollo de los modelos simples a bajo precio.
En cuanto a las exportaciones de alimentos japoneses, antaño muy apreciados por los consumidores de los países vecinos por su calidad y su alto nivel de seguridad, cayeron un 7,4% en 2011 respecto a 2010. Seis países seguían bloqueando a fines de marzo las importaciones de verdura procedente del norte y el este de Japón. Entre ellos, China.
Un chef muestra dos trozos de atún a clientes en el restaurante Sushi-Zanmai, cerca del mercado de pescados de Tokio, el 5 de enero de 2012. Antes del 11 de marzo de 2011, las amas de casa japonesas se limitaban a comprar productos locales y evitaban los importados de China, para estar completamente seguras de no intoxicar a su progenie. Pero el accidente nuclear de Fukushima alteró los hábitos.
Yoko Kawami, empleada de Becquere Center, una empresa que alquila máquinas para medir los niveles de radiación, hace una demostración en su tienda Bekumiru en Kashiwa, en los suburbios de Tokio el 21 de octubre de 2011. "La gente que vive aquí está especialmente inquieta", corrobora el director, Motohiro Takamatsu.

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